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Por Raysa Mestril Gutiérrez/ Radio Cadena AgramonteDesde el año 2000 en que el Rancho San Vicente, en Camagüey, pasó a ser atendido por la Empresa Nacional para la Conservación de la Flora y la Fauna, sus trabajadores se propusieron metas de renombre como las que caracterizan a la raza de caballos árabes que allí crían, reproducen y mejoran genéticamente, toda vez que es una raza de excelencia y de reconocido porte y prestigio.
El caballo de raza árabe debe su reputación a la inteligencia, carácter fuerte y resistencia sobresaliente. Con una cabeza característica y la cola siempre en alto, es una de las razas mejor reconocidas en el mundo.
También fueron utilizados para mejorar otras clases al añadir velocidad, refinamiento, resistencia y buena estructura ósea. Hoy día, las líneas árabes se pueden encontrar en casi cada raza moderna de caballos que se emplea en carreras de resistencia, equitación, acrobacias, como animal de paseo o en películas de los más variados géneros.
Renombrados ejemplares de esa especie en Cuba y el mundo como Rohara Renuir, Cabalier y Sabiel están en la mente de este colectivo y allí en San Vicente está Maharajá, hijo de Rohara, de quien ya hablan los especialistas de que supera al padre con estándares superiores de la raza, y está valorado en más de un millón de dólares.
Al árabe también se le clasifica como una raza de "sangre caliente", una categoría que incluye otros caballos refinados y de carácter fuerte que se cruzan para obtener velocidad, como el Purasangre y el Bereber.
Esto lo aprovechan, los criadores del rancho para buscar nuevos ejemplares pura sangre y los demuestran las 18 descendencias que del vistoso Maharajá tiene y varias en camino, pues tan fornido animal tiene 30 yeguas élites a su disposición para continuar mejorando la raza.El camagüeyano Rancho San Vicente junto al “Domingo García” en La Habana y “La Loma”, en Jiguaní, provincia de Granma, son los tres del país dedicado a la atención, reproducción y cría de caballos árabes, pero el agramontino es reconocido hoy como el mejor de Cuba en la cría de equinos, centro de Excelencia en el quehacer de Flora y Fauna y destinado a Rancho Escuela por esos y otros resultados.
A la atención esmerada a sus cerca de 500 animales, entre ellos cinco sementales pura sangre y unas 140 yeguas, los trabajadores del Rancho San Vicente, cerca de 50, suman limpieza extrema en las cuadras, magníficos y delimitados potreros, en sus más de 48 caballerías, un ballín para la monta directa e inseminación, que les permite preservar tanto a los machos como a las hembras y un laboratorio, obras que en su mayoría hicieron ellos mismos.
Alma y guía de todos es Arsenio Cuesta Téllez, quien sobre todas las cosas siente predilección por los caballos, los que monta prácticamente desde que nació, pero desde los años 70, cuando subió a la grupa de Alfaro, un ejemplar árabe, decidió su preferencia por esta raza, de la cual dice con propiedad son los más armoniosos y vistosos, y así lo defiende como miembro de la Asociación Internacional de Criadores de Caballos de la raza Árabes.
Como otros caballos de sangre caliente, la sensibilidad e inteligencia de los árabes permiten un aprendizaje rápido y mejor comunicación con sus jinetes. Sin embargo, su inteligencia también les permite aprender malos hábitos con la misma rapidez que los buenos. Rápidamente pueden perder la confianza en un jinete inexperto y no toleran prácticas de entrenamiento ineptas y abusivas.
Cuesta, con el orgullo de quien ve resultados tras el constante desempeño de todos, apunta que el Rancho San Vicente lleva varios años, en ferias y exposiciones como el mejor del país en la cría de la raza árabe y detalla los más recientes éxitos en la Feria especializada de Caballos, celebrada en la provincia de Granma donde resultó Gran Campeón, el caballo Maharajá; y Gran Campeona, la yegua Diana.
También las reservas de grandes campeones están en San Vicente, pues lograron además los títulos de Potro Campeón, Elio; Potranca campeona, Estela; Hembra joven campeona, Alina; Macho joven campeón, Antolín .
A ello añadieron otros títulos para el Rancho San Vicente, el de Mejor criador equino y Mejor expositor. Además, Arsenio Cuesta, el Director del Rancho, fue seleccionado como el Mejor en Manejo y Presentación.
En otras categorías también mostraron su valía como Mejor descendencia de un reproductor, donde se mide lo que son capaces de aportarle a sus hijos, la del semental Maharajá con 18 hijos y Mejor descendencia de una procreadora, la de la Yegua Elvira, con sus dos hijos.El Rancho San Vicente, a unos 25 kilómetros de la ciudad de Camagüey, en el ganadero municipio de Jimaguayú, desde su entrada, puramente ganadera, con delimitados potreros, se aprecia la manada de yeguas, entre ellas l37 reproductoras, entre los cerca de 500 animales que integran el rebaño total,
Datos y resultados del hacer del reconocido Rancho facilita Arsenio Cuesta, su director, quien precisa que este año, de 80 nacimientos previstos, ya tienen 95, lo que les permite continuar obteniendo sementales y vientres de calidad, elementos esenciales para el mejoramiento genético de los animales, que es su mayor propósito.
En el rancho camagüeyano están los mejores resultados integrales de Cuba, experiencias que su colectivo se propone aportar a criadores de todo el país al convertirse en Rancho Escuela, condición que asumen con mucha responsabilidad
Acerca de ello, Cuesta comenta que tal reconocimiento es por los logros que muestra San Vicente en el manejo, la presentación y la calidad de los animales que presentan en las diferentes ferias del país y agrega que allí se prepararán todos los compañeros que de una forma u otra intervienen en esa tarea, se espera que criadores de todos los ranchos del país pasen por sus magníficas instalaciones durante un período de 15 días, para adquirir mayor destreza y conocimientos en todo el trabajo con las razas equinas y también otras especies.
Precisa que ellos mismos crearon las condiciones para recibir a los alumnos, lo que implica preparar aulas y áreas de exposición y manejo, porque el objetivo es que al concluir su preparación tengan la destreza, armonía y sobre todo dominio en el manejo de estos animales para atenderlos correctamente en cada lugar donde ellos trabajen
Cuadreros, técnicos, médicos veterinarios y el propio Cuesta tienen preparada una guía de estudio con sus requerimientos técnicos para impartir las clases, aunque no descartan recurrir a otros compañeros para una mejor y más integral preparación de quienes acudan al Rancho San Vicente, ahora con su nuevo propósito de Rancho Escuela.
Allí cada cuadrero tiene asignado un grupo de animales que cuidan como a la niña de sus ojos, tal es el caso de Andrés Pérez Yordi, un joven camagüeyano que no descansa un minuto en las atenciones a Marajá, el fogoso y elegante semental, todo vigor y sangre fresca, al igual que Alexis Infante Blanca, quien atiende a la hermosa yegua Diana, que para orgullo de ambos, trae descendencia de Maharajá.
Ellos son los encargados de bañar, cepillar y cuidar con esmero a estos ejemplares de alto valor genético y de administrarle a diario su balanceada dieta que consiste en heno deshidratado a voluntad, 12 libras de pienso, 50 gramos del digestivo Sorbial, cien gramos de miel de abeja, cuatro huevos de gallina y dos litros de leche, renglones que en su gran mayoría se producen allí mismo en el Rancho San Vicente.
En un desempeño constante transcurren los días para estos cuadreros y trabajadores en el Rancho San Vicente, en el camagüeyano municipio de Jimaguayú, un lugar que une a la belleza de sus ejemplares equinos de la raza árabe, la belleza de sus instalaciones, con magníficos potreros bien delimitados, el yumbil en todos los colores, ratificando que está usted en una unidad de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna y sobre todo evidencia un gran amor a lo que hacen.