“Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”. Tales palabras las expresó Martí en el discurso que pronunció en el Liceo Cubano de Tampa, un día como hoy de 1891. Esta célebre pieza oratoria conocida con el nombre “Con todos y para el bien de todos”, se inicia con otra frase igualmente histórica del ideario martiano: “Para Cuba que sufre, la primera palabra. De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal para levantarnos sobre ella”.