La Habana, 14 dic.- Representantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), volverán a reunirse este miércoles, en La Habana, en medio de un complicado escenario regional y una situación internacional cada vez más tensa y compleja.
Son diez países distintos, pero con aspiraciones coincidentes, en el empeño de complementar esfuerzos y buscar lo que los une, más allá de las diferencias.
Ante los retos comunes, la XXII Cumbre del ALBA-TCP reafirmará que este proyecto fundado hace 18 años por los Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, sigue comprometido con la integración, la solidaridad, la paz y la unidad de los pueblos en el continente.
Fidel y Chávez se convirtieron en los impulsores de los procesos regionales de cooperación y complementariedad, cuando idearon este mecanismo de concertación política, en un momento en que Estados Unidos intentaba imponer a los países de la región los Tratados de Libre Comercio.
En virtud del acuerdo de La Habana, el ALBA selló su vínculo con la historia del nuevo amanecer en América Latina. La iniciativa surgió en el contexto de las movilizaciones continentales contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), aquel fallido plan de dominación comercial y geopolítica diseñado por el gobierno norteamericano.
La realidad demuestra que, durante todos estos años, millones de latinoamericanos y caribeños se han beneficiado de los programas de la Alianza Bolivariana en numerosos sectores, especialmente en la salud y la educación.
En el año 2006, a solicitud del entonces presidente boliviano Evo Morales Ayma, este mecanismo se enriqueció con la propuesta del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), un instrumento de intercambio solidario y complementario entre los países, destinado a beneficiar a los pueblos, en contraposición a los Tratados de Libre Comercio que persiguen incrementar el poder y el dominio de las transnacionales.
Casi dos décadas después de su nacimiento, América Latina vive los efectos de una articulada contraofensiva oligárquica. La derecha intenta revivir la agenda neoliberal, que en la historia más reciente del continente generó inestabilidad política y graves problemas sociales.
Guerras económicas, campañas mediáticas, intromisión en los asuntos internos y la ejecución de programas desestabilizadores como parte de la llamada Guerra No Convencional, reciben hoy el apoyo de fuerzas externas y de las oligarquías nacionales en varios países latinoamericanos.
En las circunstancias actuales, se despliega una fuerte contraofensiva de la derecha en América Latina y el Caribe para derrocar a los gobiernos progresistas. La izquierda latinoamericana vive una hora crucial. El desafío no es nada fácil. Sin la unidad, América Latina no tendría futuro.
En ese complejo escenario regional, Cuba se convertirá una vez más en la capital de la integración latinoamericana, cuando acoja este 14 de diciembre a la XXII Cumbre del ALBA-TCP.
Fidel y Chávez iniciaron el camino. Dos gigantes trazaron un rumbo de lucha y resistencia. Corresponde a los líderes de hoy, junto a sus pueblos, seguir enarbolando la bandera del optimismo y la esperanza, de la solidaridad y la integración plena.
¿Qué debemos saber del ALBA- TCP?
¿Cuáles son algunos de sus hitos?