Camagüey, Cuba, José Martí, Héroe Nacional, Marcha de las Antorchas, desfile martiano

Vive un Martí de luz y de amor (+ Post)


Por Dania Díaz Socarrás/ Radio Cadena Agramonte.

Un desfile de luces, de vivas y algarabía vieron pasar vecinos de la ciudad de Camagüey, desde la Plaza de los Trabajadores, por toda la calle Cisneros, hasta la histórica Avenida de la Libertad. Era la víspera del día de hoy, cumpleaños 170 de José Martí y la luz en vez de en pequeñas velas, llegó en grandes antorchas, como esas que él mismo usó de símbolo en su obra, de símbolo de grandeza.

Las sostuvieron en sus manos estudiantes del Preuniversitario, de carreras de técnicos medios, de la Universidad Ignacio Agramonte con sus sedes y de la de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, incluso niños que al lado de sus padres con ocho o 10 años se hacían parte del homenaje y hasta contaban ya experiencias anteriores.

La voz de la Federación Estudiantil Universitaria se escuchó en la Plaza de la Libertad, volvió a convidar a creer en el futuro como creyeron aquellos muchachos de la Generación del Centenario, los mismos que hicieron la primera Marcha de las Antorchas el 27 de enero de 1953 cuando "parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario" y ellos dejaron claro que estaba vivo.

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Hoy, los infantes dan vida otra vez a su obra, a la obra literaria, a los personajes de los que el Maestro hizo un hogar para todos, principalmente los de La Edad de Oro, libro escrito para niños de ayer y de siempre, para niños pequeños y grandes que buscan ser mejores seres humanos.

Este sábado el desfile es de luces diferentes. Están en las calles Pilar, Meñique, los príncipes, Bebé, el señor Don Pomposo, la niña María, Piedad y hasta su muñeca. Caminan entre todos las creaciones de la obra martiana, las suyas o las que tomó de otros autores y convirtió en cubanas y latinoamericanas.

En la mañana la alegría llega otra vez hasta la Plaza de la Libertad y no es el único espacio privilegiado, pues se editan desfiles menos cerca del centro citadino porque lo importante, lo realmente importante, es soñar otra vez el cuento o el poema que habitamos y desde ese sueño acompañar al Maestro en su cumpleaños.

Ya son 170 años y Cuba lo sigue necesitando, lo necesita el mundo y por eso también sería imperdonable dejarlo morir siquiera un instante.

Martí vive, dice una etiqueta en redes por estos días y capta lo que sentimos. Martí está, en luces de antorchas, en colores de vestuarios, en el día a día y allí se queda siempre entre nosotros un héroe de luz y amor. (Foto: Humberto Cid/ Radio Cadena Agramonte)


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