Mariana Grajales Cuello, madre insigne de la pleyade de los Maceo, falleció este día de 1893. La historia la distingue como la "madre mayor" al ofrecer a la causa redentora cubana diez valientes soldados, cuyas hazañas los inscribieron, junto a su progenitora, entre las páginas más gloriosas de las gestas independentistas cubanas. Mariana, nació el 26 de junio de 1808 en Santiago de Cuba, y sus padres fueron José Grajales y Teresa Cuello, pardos o mulatos libres procedentes y naturales de Santo Domingo. Su niñez, como todas las de su color y extracción bajo el colonialismo esclavista español transcurrió en la mayor pobreza. Aunque algunos aseguran que era analfabeta, otros estiman que sabia algo de las cuatro reglas, pero muy poco se sabe de su infancia y menos de su adolescencia. Sí de sufrimientos, como de vivir muy próximo a cimarrones, donde esclavistas de la colonia abusaban en extremo y saciaban sus crueles intentos. Cumplidos los 23 años, Mariana contrajo matrimonio con su compatriota Fructuoso Regueyferos, de temple y espíritu rebelde como ella, y de esa unión nacen cuatro hijos varones: Felipe, Fermín, Justo y Manuel. Transcurridos nueve años queda viuda. Tres años después del fallecimiento de Regueyferos, se une con Marcos Maceo, de origen venezolano, emprendedor, educado, de extraordinario optimismo y elevada calidad humana, que cuidara como suyos a los hijos de Mariana con Regueyferos. Por esa época la situación política de Cuba es difícil y amenazadora. Meses después de esta unión llega a la Isla como Capitán General Leopoldo O'Donnell, el brutal representante de la España despótica que perpetraría horrendos crímenes. En el transcurso de esos días, mediante una instrucción, se ordena la salida de Cuba de los "hombres de color libres procedentes de cualquier país".Marcos Maceo logra eludir la Orden porque al nacer Antonio, su primer hijo con Mariana, el 14 de junio de 1845, consigna en el Registro Eclesiástico que es natural de Santiago de Cuba. El seis de julio de 1851, Mariana y Marcos legalizan su unión y el nacimiento de su prole. En 1868, luego del inicio de la guerra de independencia el 10 de octubre, hace jurar a sus hijos que lucharán por la libertad: los mayores marchan a la manigua con el padre, y ella los sigue con los pequeños porque su casa es quemada. Sus hijos luchan durante treinta años de guerra y todos son bravos mambises. Cada vez que alguno muere, ella alienta a seguir combatiendo. En el exilio, la casa de Mariana es refugio de patriotas. Allí va José Martí, antes de iniciar la Guerra Necesaria, a rendir tributo a la madre y patriota ejemplar, de ella dirá: "...me acarició como un hijo, y la recordaré con amor toda la vida". El 27 de noviembre de 1883 fallece en Jamaica Mariana Grajales y pasados 30 años de su desaparición física sus restos fueron trasladados a Cuba para reposar eternamente en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.