Hubert de Blanck destacado pianista, compositor y profesor holandés, residió en Cuba desde muy joven donde alcanzó celebridad e inscribió su nombre entre las Glorias de la música cubana. En Utrecht, Holanda, nació este notable músico el 11 de junio del año 1856. Inició sus estudios de música en Bélgica, en el reconocido Conservatorio de Lieja. Como pianista concertista realizó entonces varias giras por distintos países del continente europeo y por América también. Su primer viaje a la isla de Cuba fue en 1882 cuando contaba 26 años. Al año siguiente, en una segunda visita a la Isla, tras haber llevado a cabo un breve viaje a New York se estableció definitivamente en Cuba.
En enero de 1883 realizó un concierto en el Centro Gallego de La Habana junto a los músicos Serafín Ramírez y Anselmo López con la ejecución del Trío de Rubistein para piano, violín y Violoncello, opus 52, que fue todo un éxito. Fundó en La Habana, en el año 1885 su Conservatorio de Música y Declamación, el cual inicialmente se identificó con su apellido, y posteriormente como el Conservatorio Nacional, el primero de ese tipo organizado metodológicamente en Cuba. Al trabajo de dicho Conservatorio sumó todas las experiencias docentes que había acumulado como profesor de piano en el College of Music de Nueva York. Pero de Blanck, no sólo se dedicó al desarrollo de una moderna pedagogía musical en Cuba sino que también se integró a las actividades de la lucha independentista contra el colonialismo español. Fueron tan relevantes su pensamiento independentista y sus actividades revolucionarias que debió emigrar a los Estados Unidos en el año 1896, hasta la culminación de la guerra que pudo regresar a la Isla. Allí, como emigrado, también trabajó por la independencia de Cuba. Contribuyó en las veladas patrióticas y en la recolección de fondos para sostener la guerra llevada a cabo por el ejército mambí en los campos de la mayor de las Antillas. Se decía de él que había un cubano muy grande dentro de aquel europeo. Entre las obras más representativas del maestro figuran las óperas Patria y Actéa e Icaona. Otras de sus más importantes creaciones fueron Concerto, Capricho Cubano y Suite para grupo de cámara, así como Quinteto para piano y cuerdas. También de este genio creador salieron varias zarzuelas, algunas piezas para canto y piano, así como varios himnos. Tuvo Hubert de Blanck una vida relativamente larga y muy fecunda. Falleció en La Habana, a la edad de 76 años, el 28 de noviembre del año 1932.