Por Juan G. Mendoza Medina/ Radio Cadena Agramonte.
Aunque quizás muchos no la conozcan personalmente, su saludo cada mañana le ha merecido el cariño de todo un pueblo que agradece sus 46 años tras los micrófonos de la Radio camagüeyana y, en especial, su presencia durante poco más de las últimas dos décadas en el programa de facilitación social Meridiano.
Adelfa Valdés Hernández comenzó adolescente en la Radio, a los 15 años de edad, por una convocatoria que hizo la Unión de Jóvenes Comunistas.
“Me presenté a las pruebas en una emisora municipal que llevo muy dentro en mi corazón: Radio Santa Cruz. Era la primera vez que entraba a un estudio de grabación, y cuando leí el fragmento del periódico que me correspondía me dijeron: ahí te quedas, ese es tu puesto de trabajo, y así ha sido desde 1971”.
Según rememora, el director de la emisora en aquella época, Romelio Cruz Victoria, le enseñó el respeto a la Radio, al trabajo, lo que era un disco, “yo nunca había tenido uno en mis manos”, y de esa manera se permeó del interés por conocer el medio, por preparase cada día más y poco a poco germinó esa semilla que en ella yacía, hasta regalarnos a la maravillosa mujer que disfrutamos hoy tras los micrófonos.
“Muy jovencita, junto con otros compañeros a los que nunca olvido, comencé a estudiar hasta matricular en la Universidad de Oriente. Yo estaba consciente que ese era el camino, porque tenía el enorme compromiso de incrementar mi cultura y transmitírsela al pueblo”.
Para ese entonces, ya Adelfa había traído al mundo a su única hija y, aunque no tenía antecedentes ni genes artísticos en la familia, sí conservó siempre cierta vocación por el arte que, como ella misma dice, “me mantenía con la chispa encendida porque me gustaba hacer comedia, leer poesía, bailar…”
No duda Adelfa al afirmar que en Radio Santa Cruz vivió brillantes momentos, porque creció como trabajadora, como locutora y como mujer, y eso la llevó a merecer grandes premios, con reconocidos programas.
“Pero más que eso, guardo con mucho cariño el amor que recibí del pueblo. La Radio me obligó a estudiar, a prepararme, me hizo crecer, pero hay una cosa muy importante que me ha dado la Radio: el amor del pueblo de Santa Cruz del Sur, su protección y las amistades tan grandes que conservo por mi trabajo allí”.
Es en 1994 cuando Adelfa Valdés llega a la emisora provincial Radio Cadena Agramonte, con el prestigio que trajo del litoral sureño y que aquí le creció.
Reconoce que las emisoras municipales constituyen una escuela, porque enseñan a hacer de todo, y por ellas debe pasar todo artista de la Radio, opina.
“Yo era locutora, realizadora de programas, los dirigía. Yo misma los hacía y los llevaba al aire. Ya en Cadena Agramonte, me encuentro con un trabajo más especializado”.
En la planta matriz, los programas informativos —que también contaron con su manera de decir en Santa Cruz del Sur— se adueñan de su estilo, y se convierte en la voz femenina del Noticiero Provincial de Radio y de Meridiano, espacio este último que la ocupa únicamente en la actualidad, salvo otros en los cuales sustituye a algún colega.
“Hay quien dice que los informativos son fáciles de hacer, pero en realidad es de lo más difícil que se hace en Radio. Tienen sus ventajas y desventajas, y tienes que sentirlo, para que sea verdadero, y para eso hay que darle la intencionalidad, el tono que amerita cada noticia, dependiendo de su procedencia, su contenido, su impacto en la población.
“Por todo eso que te otorga el don de mantener actualizados a los oyentes, definitivamente yo me enamoré de la parte noticiosa”.
-¿Y Meridiano?
- Esplendoroso. Me ha dado mucho conocimiento. Disfruto cada sección del programa, que son muy diferentes entre sí a la hora de comunicarlas. Un aviso tiene sus características, a los nacimientos les imprimo mucho amor, cuando menciono un objeto o animalito extraviado lo hago con el corazón, para que el dueño se sienta reconfortado y quienes lo hayan encontrado se animen a devolverlo.
Aunque a diario los reportes de audiencia que recibe Adelfa son prácticamente incontables, confiesa que las críticas más fuerte que le han hecho son las de su hija, alguien a quien escucha con atención porque —afirma— la guía en su trabajo, le dice qué le ha salido mal en su presentación del día, y qué debe mejorar para el siguiente.
“El pueblo es mi mayor regalo. Yo siempre ando en bicicleta, me gusta hacer ejercicio, y no puedo ir con las manos en el manubrio fijas porque tengo que ir saludando constantemente. Eso me agasaja tanto, que la gente me reconozca, que me lleva a un momento de sentimiento, porque ellos lo sienten y me lo demuestran, pero lo único que hago es hacer, con amor, mi labor”.
Con la satisfacción en su rostro por esas muestras de empatía, narra una anécdota que la llena de energía y optimismo para, invariablemente, aún después de jubilada, no apartarse de los estudios de Radio: “Tengo una amiga que solo nos conocemos por teléfono. Ella es invidente, nunca ha visto nada, su nombre es Delia y cuando dejo de trabajar solos unos días me llama, y me dice ´por favor Adelfa, empieza de nuevo, porque tu voz son mis ojos´. No hay premio mayor que ese”.
-¿Jubilada?
-Pero no retirada, sino reincorporada. Me parecía duro soltar la Radio e irme para mi casa, no me hallaba conforme, no encontraba cómo alejarme del medio, cómo ocupar el tiempo que tenía en los programas y decidí volver con Meridiano. Quisiera hacer otras cosa, pero hay que darle tiempo y espacio a los jóvenes, muy valiosos, que van entrando a la emisora”.
-¿Qué consejo le da a esos jóvenes?
-Tienen que estudiar mucho, leer sin cansancio para llevarle a los oyentes todo de lo que nos hemos apropiado, para contribuir, a su vez, a la preparación de ellos. Esta es una carrera de sacrificio, de constancia, de rigor.
“Yo nací en Ciego de Ávila y he vivido la mayor parte de mi vida en Camagüey, dos ciudades cumbres de la locución en Cuba, si miramos atrás, a los locutores que dieron ambas provincias. Les digo a los jóvenes que tienen que continuar esa tradición. Hay voces muy bonitas, pero eso no es lo único que hace al locutor. También, el conocimiento”.
El respeto a su trabajo siempre me llevó a admirar a Adelfa Valdés Hernández, la locutora de Meridiano, como el pueblo camagüeyano la identifica.
Hoy, casi al terminar esta entrevista, me reconforta que su labor tras los micrófonos sea reconocida, pues en tan solo horas recibirá la condición de Artista de Mérito de la Radio Cubana.
Sus oyentes, miles en toda la geografía agramontina, de seguro le harán saber su satisfacción por tal distinción, igual que la han agasajado en múltiples ocasiones. (Foto: http://camaguebaxcuba.files.wordpress.com)