Grover Mármol, ícono de la locución cubana

Por Yurislenia Pardo Ortega.

No podía ser tal título para otra urbe que no fuera esta, que vio a sus hijos aventurarse muy temprano en el tiempo en fundar emisora de radio y canal de televisión, tomándole delante incluso a muchos países de América Latina.

Pioneros fuimos también en la unidad de los locutores en Cuba y en el continente, al constituirse en estas llanuras, en la finca “Siete Palmas”, ubicada en la carretera a Vertientes, la primera Asociación de Radio Locutores en el país, el 20 de octubre de 1935.

Como homenaje a esta tierra precursora fuimos sede los días 25 y 26 de enero de 1947 del Primer Congreso Nacional de Locutores, hace 68 años. El mismo se celebró en el antiguo Instituto de Segunda Enseñanza, hoy preuniversitario Álvaro Morell Álvarez. De sus jornadas de trabajo se derivaron importantes acuerdos como: proponer la Ley del Retiro y la creación de la Escuela Nacional de Locutores, y nació entonces el Colegio Nacional de Locutores.

Tallados en la memoria…

Así tiene los recuerdos de entonces el destacado locutor y conductor de radio y televisión Grover Mármol Quintana. Él no estuvo en aquellos momentos fundacionales pero poco tiempo después, en el año 1949, con solo 16 años de edad, se enrolaría con el quehacer del Colegio.

“Yo comencé a laborar en Radio Cadena Suarito (CMJF), como operador. En esa emisora los dueños pagaban muy poco, entonces algunos de los que allí nos desempeñábamos decidimos presentar un convenio colectivo de trabajo a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

“Los dueños de la emisora se pusieron muy bravos y buscaron unas acusaciones falsas para ver si nosotros retirábamos el convenio, pero el Colegio de Locutores, los periodistas, el Comercio y el pueblo nos apoyó muchísimo y empezamos una campaña en contra de todas esas falsedades. Imagínate que radio CMJK, que se escuchaba en toda la isla, nos dio todos los días 15 minutos para que habláramos de cómo iba comportándose la situación.

“La presión fue tanta que tuvieron que retirarla y nos dieron un homenaje para limpiar un poco la imagen de la emisora y aceptaron nuestras condiciones. Pero de todas formas tuvieron que venderla porque habían perdido popularidad y les retiraron las propagandas. Radio Suarito, fue lo que es hoy Radio Camagüey, emisora que convocó en la provincia a la huelga del 9 de abril de 1958. Felizmente nuestra propuesta la asumió la empresa que vino después.

Gróver, recibió el título de locutor en el año 1956 e ingresó así en el Colegio. “El que no estuviera colegiado no podía hablar por radio, ni por autos parlantes, ni en actividades públicas, porque había una ley de intrusismo profesional que planteaban que solo podían hacer uso de los micrófono los que estaban facultados ello”.

Entre los años 1959 a 1961 el destacado profesional de la palabra fungió como segundo vocal de la organización gremial. “El colegio siempre estaba pendiente de que en ninguna emisora se violara el sueldo mínimo, defendía los derechos e intereses de los asociados y tenía una reconocida personalidad y autoridad.

“Recuerdo en una ocasión, en la década del 50, en Camagüey hubo una sequía muy grande y se tuvo la iniciativa de que todos los locutores se montaran en los carros pipas y fueran por los barrios repartiendo el agua; eso lo agradeció mucho el pueblo”.

La voz que durante décadas identificó el programa Ecos de México de Radio Cadena Agramonte, insiste durante la conversación: “los medios de difusión crean patrones de conducta, de allí la importancia de que los locutores sepan conducirse, que no sean chabacanos. Hay que estudiar, leer mucho y escuchar a los que tienen experiencia.

Este hombre que en la radio hizo de todo “menos subirse en la antena”, a pesar de estar jubilado y contar en su almanaque 82 años vividos, hasta no hace mucho iba caminando desde la calle 25 de julio, en el reparto La Vigía, hasta la emisora provincial para hacer Ecos de México.

“Lo que pasa es que la salud no me deja, pero ahora colaboro con el espacio a través del teléfono y lo seguiré haciendo hasta el último aliento”. (Foto: Otilio Rivero)