Hoy se cumplen siete años de la entrada del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la inmortalidad, pero con la certeza de que sigue entre nosotros en cada una de las acciones que se emprenden para dar continuidad al Programa del Moncada, atemperados a la actualidad.
El Fidel de mi abuela era su amor de juventud, mi abuelo lo sabía y no celaba. Entendía el deslumbramiento por aquel hombre alto, de una elegancia especial que no le restaba humildad, de talante admirable solo de verlo y de sencillez suficiente para recortar a menos de un metro su figura siempre que un niño estaba cerca, con tal de hablarle entre iguales hasta de tamaño.
La celebración de la IV Conferencia La Nación y la Emigración, en la capital, sostiene que Cuba no se desentiende, en modo alguno, de sus hijos que, por diversas razones, residen en el exterior, respetan y defienden el suelo que los vio nacer.
Los años que pasan obligan a mirar, a rectificar trazos, a rehacer y reinventarse para mantener el atractivo. Así sucede en Camagüey camino a sus 510, un cumpleaños que esperamos con ansias y con el sutil rejuvenecimiento de quien preserva sus esencias.
En la memoria de los habitantes del poblado de Santa Cruz del Sur permanece aún la tragedia del 9 de noviembre de 1932, fenómeno meteorológico que dejó un saldo de tres mil 033 víctimas.
Los patriotas camagüeyanos estaban comprometidos con el movimiento iniciado por Carlos Manuel de Céspedes en Oriente, pero para el alzamiento del 10 de octubre de 1868 todavía prevalecían dudas e indecisiones en algunos ricos hacendados sobre la mejor fecha para iniciar la Revolución, en espera de contar con mayores recursos bélicos y financieros, sin que faltaran otros que dudaban acerca del éxito de la guerra y eran proclives a la vía reformista.
El 24 de octubre de 1960, Fidel Castro firmó en su condición de Primer Ministro la Ley 851 de Defensa de la Economía Nacional, Resolución No. 3, para la nacionalización de 166 empresas y firmas estadounidenses, como respuesta a las primeras acciones del bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba, que incluía la reducción de la cuota azucarera.
El origen del Himno Nacional se remonta a 1867, cuando el abogado bayamés Pedro Figueredo Cisneros, Perucho, compuso la música y su coterráneo Manuel Muñoz Cedeño realizó la instrumentación. Los patriotas la denominaron La Bayamesa, para evocar a La Marsellesa, canto compuesto por los revolucionarios franceses en 1792.
Del 10 al 20 de octubre vuelve a llamar a nuestras puertas lo esencial de la identidad de cubanos convertido en voces, pinturas, textos, bailes, escenas teatrales y ocasiones para compartir que viviremos, como en todo el archipiélago, desde esta Ciudad de los Tinajones.
Por estos días está en las redes una etiqueta que nos regresa a esencias fundamentales que nos conectan con ese pasado que a veces parece lejano y nos devuelve con más certezas al presente: #UnaSolaRevolución.
Camagüey, 12 sep.- A este país le encantan las series policiacas, disfrutadas por todos los grupos poblacionales, por toda esa diversidad de gente admiradora del coraje de los agentes y que entiende nuestra necesidad de defendernos.
Pañoletas, uniformes, mochilas… las vemos pasar de un lado a otro, con más o menos prisa. El paisaje de las calles en cualquier lugar vuelve a llenarse con la llegada a la escuela, al círculo, al instituto, los saludos, el reencuentro o la novedad de un grupo que en apenas unos días pasará a ser parte importante de cada una de sus vidas, de decenas que se encuentran, conviven y se vuelven amigos, comparten alegrías o disputas y sobre todo aprenden.