Este 26 de marzo, como cada año, se celebra el Día Mundial del Clima, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2009, con el objetivo de generar conciencia y sensibilización en la población mundial para revertir las negativas consecuencias del cambio climático.
Los gobernantes de Estados Unidos de América me tienen hasta la misma coronilla con sus equivocadas atribuciones de creerse los dueños del mundo, escuche decirle a un hombre cuando supo recientemente de la noticia difundida por el periódico The Wall Street Journal.
Las redes digitales han sido decisivas para influir en las nuevas generaciones desde la ultraderecha. Constituyen un espacio idóneo para la formación de grupos de odio, violentos, que niegan el cambio climático y promueven el racismo, la xenofobia, la misoginia, la homofobia, el anticomunismo más rabioso, el rechazo visceral al “otro”, al que es diferente, al que es, entre comillas, “inferior”.
Nació en La Habana el 26 de marzo de 1848 con el nombre Manuel Antonio Sanguily Garrite, este cubano que alcanzara el grado de Coronel del Ejército Libertador en la Guerra de los Diez Años contra el dominio colonial (1868-1878) y se distinguiera, además, como intelectual y político.
Con la mirada fija en el horizonte y la determinación en el alma desafiaron a aquellos que intentaban silenciarlos y se convirtieron en un faro de esperanza.
El camagüeyano Bernabé Boza Sánchez se incorporó siendo adolescente como soldado al Ejército Libertador en 1873, luego del fusilamiento de su padre por los españoles cuando fracasó la expedición del Virginius, y llegó a ser general de brigada y jefe de la escolta del mayor general Máximo Gómez.
Luz de valentía, compromiso y pasión en la historia de Cuba; mujer de sacrificios y determinación ante la lucha por la libertad y la justicia social; heroína inquebrantable fue Melba Hernández.
La mujer cubana vive, trabaja, cuida, ama, tiene derechos, cumple deberes y merece la admiración y el amor de los que son dignos todos los seres humanos, no por preferencia, sino porque le corresponde.
Ancha, oscura, aterradora, la columna de calor y tizne buscaba el cielo; en lo alto remataba su corona siniestra con un sombrero de humo, hongo mortal que, a las tres y diez de aquella tarde de viernes, 4 de marzo de 1960, dejó a La Habana sin sol durante unos minutos, y a Cuba herida de una cuchillada que aún duele.
Los cubanos encaramos, en el terreno de las ideas, una cruzada que no por ser de vieja data se torna menos peligrosa. si antes fue difícil enfrentarla, ahora lo es mucho más.
Hoy 24 de febrero, un nuevo resplandor fulgura en la nación cubana, cuando la inmensa mayoría de su pueblo enfrenta con toda decisión y seguridad vencedora nuevos embates ante el empeño de edificar la patria libre y soberana para el bien de todos.
En fecha tan temprana para la revolución cubana, como el 14 de abril de 1961, en medio de la Campaña de Alfabetización y a tres días de que se iniciara la invasión yanqui por Playa Girón, Fidel dejó inaugurada la primera Escuela Nacional de Instructores de Arte del país, con una matrícula de cuatro mil estudiantes.