Camagüey, Cuba, Bernabé Boza Sánchez

El General de Brigada Bernabé Boza, heroico mambí camagüeyano


Por Pedro Ríoseco López-Trigo/ Granma.

El camagüeyano Bernabé Boza Sánchez se incorporó siendo adolescente como soldado al Ejército Libertador en 1873, luego del fusilamiento de su padre por los españoles cuando fracasó la expedición del Virginius, y llegó a ser general de brigada y jefe de la escolta del mayor general Máximo Gómez.

Desde muy joven hasta su muerte el 16 de marzo de 1908, pocos días después de cumplir 50 años, Boza participó en numerosos combates contra las fuerzas colonialistas españolas, fue representante al instaurarse la república neocolonial y se opuso a la anexión y la intervención de Estados Unidos.

Hijo de una acomodada familia del entonces Puerto Príncipe, Bernabé nació el 4 de febrero de 1858. El inicio de la Guerra de los Diez Años y la incorporación de su familia a la revolución determinaron su emigración con una tía a Barcelona donde continuó estudios y, tras varios años, pasó a Estados Unidos.

Regresó a Cuba tras el fusilamiento de su padre el 7 de noviembre de 1873 para incorporarse a las fuerzas revolucionarias de Camagüey. “Se me destinó al primer escuadrón de caballería Agramonte y al pelotón del cabo Demetrio Mola, un negro de alma pura y hermosa y de vergüenza presente a todas horas”, escribiría posteriormente.

Con dicho escuadrón participó en varios combates, entre ellos el del Carril de Cachaza, La Unión de Llanes, el puente de Carrasco, La Gertrudis y el Asalto a Cascorro. Posteriormente pasó a Las Villas para unirse al contingente invasor, y combatió en Loma del Jíbaro, Manajanabo, Los Abreu, El Santo y el ataque a la ciudad de Santa Clara, entre otros.

A fines de 1876 regresó a territorio camagüeyano y combatió en Los Peralejos, El Oriente, Zanjón, Imías, San José del Tínima, Antón y Tunas de Guáimarillo. Al concluir la contienda en 1878 era sargento del Primer Escuadrón del Regimiento de Caballería Agramonte, con 20 años y hermosa hoja de servicios.

Durante la Tregua Fecunda residió con su familia en Puerto Príncipe y alternó el trabajo de la tierra en la finca El Consuelo, que era de su padre, con la labor de secretario de los juzgados municipales de San Jerónimo y Las Yeguas.

Al comenzar la Guerra Necesaria en 1895, durante el ataque y toma de San Jerónimo, el 22 de junio, se incorporó a las fuerzas del mayor general Máximo Gómez. Como sargento del Regimiento Agramonte se destacó en el combate de Ciego Molina y el Generalísimo lo nombra teniente y jefe de su escolta. Asciende a capitán el 26 de noviembre de 1895 y a comandante el 21 de febrero de 1896. Su obra Mi Diario de la Guerra desde Baire hasta la intervención americana, es importante para conocer la Guerra del 95.

En los preparativos de la invasión, Gómez le encomendó la reorganización de su escolta, para ser acompañado únicamente por hombres resueltos y decididos. Días después, Boza se presentó al Generalísimo y le dijo “General, estos hombres nos han de seguir a todas partes, ya había previsto el caso y tengo mi gente preparada para la hora que usted decida marchar”.

La escolta demostró su valor en los combates de Pelayo, Iguará, Mal Tiempo, y Calimete. Boza fue ascendido a teniente coronel en mayo de 1897. Tras varios combates más, en agosto obtuvo los grados de coronel y fue designado jefe del Estado Mayor del Generalísimo.

El 11 de julio de 1898, mientras se encontraba en Cayo Hueso en comisión especial del Cuartel General, obtuvo los grados de general de brigada. Regresó en agosto del propio año, después de cumplir la misión asignada.

Concluida la guerra tras la ocupación de la Isla por las fuerzas interventoras norteamericanas, fue designado alcalde de Santa María del Rosario. Al instaurarse la República Neocolonial, el 20 de mayo de 1902, ocupó un escaño en la Cámara de Representantes, electo por la provincia de La Habana.

En 1906, después de la reelección de Estrada Palma y durante la llamada Guerrita de Agosto, a pesar de ser contrario al Gobierno, le apoyó para salvar al país de la injerencia extranjera. Comprendiendo la traición de Estrada Palma y decepcionado, Boza disolvió sus fuerzas y se retiró a su hogar.

Muere en La Habana el 16 de mayo de 1908 por una peritonitis. Triste, por no ver a Cuba libre e independiente, y pobre, después de haber sido su familia una de las más adineradas de Camagüey; pero orgulloso de su vida mambisa. (Foto: Archivo)


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