Francisco Cabrera Pupo, "Paco", nació el 5 de diciembre de 1924, en un humilde bohío de la finca La Aguadita, a pocos kilómetros del poblado de Vázquez, término municipal de Puerto Padre, provincia de Holguín. Solo pudo alcanzar el cuarto grado de escolaridad porque el trabajo se perfiló como brújula en su vida. Su infancia resultó llena de penurias y vicisitudes. Era rebelde por naturaleza, pues sufrió en carne propia la explotación a que era sometido el campesinado, la miseria y la desigualdad social. Cuando Eduardo Chibás funda su partido el joven se afilia al mismo. Paco fue seleccionado como delegado del sindicato y llevó a cabo una férrea labor a favor de los obreros agrícolas, enfrentándose a los colonos y exigiendo mejoras para sus compañeros, de manera que era mal mirado y perseguido por sus ideas y actividades progresistas. Al producirse el golpe de estado, el 10 de marzo de 1952 por Fulgencio Batista, es de los primeros en protestar ante el atentado contra la constitución, a partir de entonces ya no descansará, la ortodoxia es el medio para la lucha y establece coordinación con otros miembros de este partido en Vázquez, Delicias, Pozo Prieto y Marchán, que resultaron los escenarios de su actividad fundamental. Dos días posteriores al asalto al cuartel Moncada, está entre los que se reúnen en La Jíbara, para apoyar la acción revolucionaria. Es encarcelado por su militancia ortodoxa y las actividades realizadas, cuestión que reafirma su convicción patriótica. Desde ese momento sus movimientos son vigilados constantemente por las fuerzas de la tiranía. Una vez fundado el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7), se incorporó a él a finales de 1955. Paco integró uno de los grupos organizados por Frank País en la zona de Delicias para, bajo la dirección de Guillermo Domínguez, participar en las acciones de apoyo al desembarco del Granma. Tres meses después del desembarco del Granma, Paco manifestó su decisión de unirse a los Rebeldes. A fines de abril de 1957 sube a la Sierra Maestra acompañado de su amigo Alcibíades Bermúdez. Lo designan a la columna del Che, bajo las órdenes de Ciro Redondo. Allí realiza las más humildes misiones y va ascendiendo por méritos, su valentía y su fidelidad a toda prueba. Su campaña rebelde incluyo una treintena de combates: Baire, Bueycito, Ojo de Guisa, Charco Redondo, Maffo. Los comandantes Raúl Castro y Juan Almeida le confían la seguridad de Fidel al ser designado jefe de su escolta por sus valentía, fidelidad, disciplina, trato afable y responsabilidad ante cada tarea encomendada, rasgos que también le valieron la admiración de sus compañeros de lucha. Paco demostró una vez mas su estatura moral y el sentido del deber cuando en Mayo de 1958 renunció al grado de Comandante, mientras estuvo convaleciente tras ser operado de apendicitis por el médico guerrillero Ernesto Che Guevara y los doctores Bernabé Ordaz y Martínez Páez. Logrado el triunfo de las armas rebeldes el 1 de enero de 1959 Paco Cabrera continúa en su misión de capitanear la escolta del Comandante en Jefe. El 27 de enero de 1959, desaparecía físicamente en un absurdo accidente en el aeropuerto Internacional de Maiquetía, en Venezuela.