En esta fecha un grupo de jóvenes intentó tomar por sorpresa el Cuartel Domingo Goicuría, en Matanzas, guarida del sanguinario Pilar García. El propósito que los animaba era, además de controlar las armas del enclave militar, levantar la conciencia del pueblo en favor de la lucha insurreccional.
El asalto lo concibió, organizó y dirigió el valeroso revolucionario Reynold García. La acción se frustró en el mismo instante en que llegaban al cuartel los camiones que conducían, ocultos, a los combatientes. Seis hombres murieron en la frustrada operación que duró apenas media hora, pero al día siguiente los partes de la tiranía dieron cuenta de quince muertos, ya que el resto fueron cazados y asesinados a mansalva ante los ojos del pueblo.
Cuatro años después, en homenaje a los jóvenes inmolados, el macabro cuartel fue entregado al Ministerio de Educación y convertido en una escuela.