Camagüey, Ignacio Agramonte y Loynaz, insigne patriota, libertad, Cuba

Por el ímpetu y gallardía de Agramonte, Camagüey es Revolución


Por Luis Cadir Machín Cuadrado/ Radio Cadena Agramonte

Ignacio Agramonte y Loynaz, El Mayor, fue uno de los precursores de la rebeldía mambisa, nació el 23 de diciembre de 1841 en Puerto Príncipe en la casa marcada con el número 5 de la entonces calle, La Soledad.

Su visión patriótica lo llevó a renunciar a los circundantes beneficios familiares que poseía de cuna y se entregó a lucha por la libertad de Cuba.

Luego de ser fundador y participar en labores conspirativas de la junta revolucionaria del Camagüey, se incorporó el 11 de noviembre de 1868 a las tropas camagüeyanas en el ingenio El Oriente; a partir de entonces creció su legendaria figura, hasta ser leyenda.

Su compromiso patriótico y acciones, al decir de Máximo Gómez, lo colocaron “en la primera línea de todos los generales y estaba llamado a ejercer grandes y altos destinos de su Patria”.

Su recia personalidad, gallardía y valor, estuvo en la Constitución de Guáimaro, la Reunión de Las Minas y en el rescate del Brigadier Julio Sanguily.

El amor a la lucha fue tanto, como el que compartió con Amalia; para ella fue el hombre que en medio de los azares de la vida y de su lucha incansable por la libertad, derrochó delicadeza y ternura ante su amada esposa.

Cuando se hable de grandes amores, habrá que recordar la felicidad que disfrutaron ambos en solo siete años de relaciones desde su boda en 1866, cuando ella juró llevar su amor más allá de la muerte.

A 148 años de la caída en combate de El Mayor en los potreros de Jimaguayú, el 11 de mayo de 1873, la juventud camagüeyana inspirada en su patriotismo y en el ímpetu con que lo definió Martí, toma la Plaza y Parque erigidos en su memoria, por la continuidad de la Revolución que inició el 10 de octubre de 1868 y que hoy lideran jóvenes guiados por el ejemplo de Fidel. (Fotos: Humberto Cid)


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