Los agramontinos, como todos los cubanos, respaldaron la convocatoria de la máxima dirección del país de defender la Isla ante los intentos desestabilizadores en la Mayor de las Antillas promovidos por el genocida imperialismo yanqui.
La Plaza de la Libertad, del municipio de Camagüey, donde hace más de sesenta años el invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz hablara a los lugareños en pleno triunfo de la Revolución, figuró de nuevo como escenario de batalla para denunciar los recientes actos vandálicos, y se ratificó la fidelidad al proceso socialista, precisamente ahora cuando el Gobierno de los Estados Unidos y sus lacayos mercenarios apuestan porque Cuba regrese al pasado de la esclavitud, en el que estuvo sometida hasta 1959.
Los presentes, junto a las máximas autoridades del Partido Comunista de Cuba y el Gobierno Provincial del poder Popular, confirmaron que Camagüey será por siempre la tierra de Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte, de Máximo Gómez y Antonio Maceo, de José Martí, Fidel y Raúl.
Los revolucionarios hijos de El Mayor ratificaron que no entregarán las banderas del socialismo, pues “preferimos primero hundirnos en el mar antes de renunciar a la gloria vivida”. El enemigo no podrá destruir el temple y la firmeza de todo un pueblo agradecido como el de Cuba, que marcha unido hacia la victoria perenne. (Jorge Enrique Fuentes Ruiz/ Radio Cadena Agramonte)
