Estados Unidos, bloqueo, Cuba, Puentes de Amor

Puentes de amor vs bloqueo


Por Yusarys Benito Deliano/Radio Cadena Agramonte.

Es el mar aliado de firmes propósitos. El lugar preferido de muchos, el sitio que devuelve buenas energías, esperanza y calma; es el mar también ese lugar profundo e inmenso que separa amigos, familias, naciones…

Tal vez por eso desde allí se exige el cese el bloqueo con la misma entrega con que lo hacen otros, mediante firmas que llegan a la portada del New York Time para pedir al presidente Joe Baiden que levante las 243 medidas contra Cuba.

Hay muchos que desde cualquier tierra luchan contra el odio y prefieren unirse a la causa de un cubano americano dispuesto a llevar la solidaridad como bandera, aún poniendo su vida en peligro.

Y entonces, piensas en Carlos Lazo, en miles como él que abogan por puentes de amor y reclaman el levantamiento de sanciones contra la familia cubana por el pequeño de la casa que necesita medicamentos para una enfermedad específica o la anciana que hace unos años no puede ver a sus nietos, por la COVID-19 y también debido a otro virus, tan malo como la pandemia.

Y entonces, afecta en tantas cosas sensibles y necesarias como una visa que no puede renovarse a causa del incremento de medidas restrictivas del gobierno estadounidense contra la isla, las zapatillas de los bailarines que saben muy bien de la historia de la comercialización por terceros país, el intercambio entre estudiantes, científicos, diplomáticos y personas que también tienen el derecho de llevarse su valoración de la Mayor de las Antillas.

El bloqueo dificulta la salud, la educación, las industrias, el desarrollo biotecnológico y no se queda en las instituciones, toca a su puerta, y quizás no se dé cuenta, pero está en esas preocupaciones que le aquejan a diario.

¿Qué mucho podemos hacer desde dentro? Pues claro, debemos hacerlo por el bien de un país que fuera de las fronteras también otros  ayudan a construir con bloques de hermandad y humanismo; pero no podemos estar ciegos ante una limitación histórica, existe el bloqueo y daña.

Y entonces duele tanto el abrazo ausente, duele una política hostil; molesta, limita, se interpone en la vida cotidiana de gente que ve al mar como  aliado de firmes propósitos, el sitio que devuelve buenas energías, esperanza y calma. (Foto: Archivo)


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