Camagüey, Cuba, Centro Provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina, bloqueo

Soluciones del Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicina que regalan vidas



Por Gelsy Rodríguez Rivero/ Radio Cadena Agramonte.

Uno de los sectores más afectados por el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene Estados Unidos contra Cuba es precisamente la Salud Pública.

En el Centro Provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina de Camagüey cada jornada es un reto para mantener la vitalidad de equipos imprescindibles que garantizan mayor calidad de la asistencia médica.

Su director, el ingeniero Yosvel Tabares Alfonso, significó ante la prensa la importancia de implementar alternativas innovadoras para enfrentar las roturas de equipos de esterilización, tomografías y resonancias, básicas en los servicios de salud.

Entre los aportes de estos especialistas durante este año destacó la rehabilitación de la autoclave de esterilización de óxido de etileno del Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, con más de 40 años de explotación, con adaptaciones de las reguladoras de entrada de gas, de los manómetros, y de la cámara.

“La otra cámara de este tipo existente en el territorio está en el Hospital Provincial Clínico-Quirúrgico Manuel Ascunce Domenech. Esa presentó dificultades con el programador, que es de una compañía argentina, y como se ha perdido el vínculo y no entra tecnología, tuvimos que rehabilitarlo, además de las bombas de vacío, porque todavía el equipo está en buen estado y necesitamos que se mantenga en funcionamiento”.

Sobre el tema de las tecnologías apuntó el directivo que en el sector de la salud van cambiando cada cinco o 10 años, por lo que la labor de este colectivo, que suma 75 trabajadores en la parte técnica, entre electromédicos, biomédicos, ingenieros mecánicos y eléctricos, “es vital para garantizar la sostenibilidad del equipamiento, pues de no ser por el pensamiento innovador y las alternativas racionalizadoras que aquí se implementan diariamente, muchos estarían de baja”.

Otro ejemplo en este sentido fue la reparación de la autoclave del Banco de leche en el Hospital Materno Ana Betancourt de Mora, imprescindible para la esterilización y la garantía de la alimentación de los recién nacidos.

El enfrentamiento a la pandemia fue otro gran reto. En medio del alza de casos de COVID-19 en la provincia, en el Laboratorio de Biología Molecular uno de los equipos de extracción de las muestras presentó roturas por el uso mantenido y por carencia de piezas en el momento, y de conjunto con ingenieros de la Empresa Militar Industrial Ignacio Agramonte Loynaz se pudo recuperar y en menos de 24 horas se restableció el servicio.

“Debido también al incremento de pacientes en el Hospital Amalia Simoni, y la alta demanda de las terapias con los graves y críticos, tuvimos que ampliar las capacidades para la ventilación artificial. Hubo que conformar un banco de oxígeno porque el que tenía daba muy poca capacidad, no solo para los pacientes acoplados sino para los que necesitaban aerosol, el uso de mascarillas. Tuvimos que armar uno con varias piezas que recuperamos y logramos aumentar de 30 a 80 metros cúbicos de oxígeno.

Esto se sumó a toda la revisión técnica que se implementó en todos los servicios hospitalarios a raíz de la incidencia de la pandemia en el territorio, para garantizar la ventilación, la anestesia y otros procederes imprescindibles para el paciente grave, acotó el director.

Con marcado impacto social y económico, el Centro Provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina ha significado un ahorro para el país de más de un millón de pesos en tres años, muestra de los aportes de estos especialistas al sector de la Salud Pública en Camagüey, y de su importancia para mantener estos servicios vitales que se traducen en la posibilidad de salvar vidas, a pesar de todas las limitaciones impuestas por el bloqueo. (Foto: Rodolfo Blanco Cué/ ACN)


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