Como en otras partes del mundo en la mayor de las Antillas se ha logrado grandes avances para urgir el crecimiento del fútbol femenino, varios entrenadores trabajan cada día por multiplicar equipos, aumentar el nivel táctico en el terreno y la destreza de las jugadoras.
Como dato curioso, su práctica se remonta al siglo XIX y Glasgow, en Escocia, acogió el que se considera como en primer partido de fútbol moderno entre mujeres, entre dos clubes locales, en 1892.