La Habana, 20 ago.- Mantenerse entre las 28 instituciones en el mundo acreditadas por la Agencia Mundial Antidopaje tiene un alto costo para el Laboratorio Antidoping de La Habana, institución que enfrenta a diario las afectaciones del injusto bloqueo económico y financiero impuesto desde hace más de seis décadas a Cuba por gobiernos de los Estados Unidos.
Cifras muy ilustrativas como la duplicación del valor de los anticuerpos monoclonales para detectar el uso de la Eritropoyetina, forman parte del historial de perjuicios, entre los que también puede mencionarse la imposibilidad de consultar fuentes para ampliar los conocimientos de sus especialistas.
«El bloqueo ejerce una presión adicional a nuestro Laboratorio, que no sufren los del resto del mundo. La mayoría de los insumos y los equipos son de procedencia norteamericana», expuso hoy en un encuentro con la prensa el Dr. Rodney Montes de Oca, director del centro inaugurado en febrero de 2001.
El acceso de primera mano a casi todos los tipos de insumos, piezas de repuesto o recambio, y la adquisición de nuevos equipos que contribuirían a un trabajo superior, son opciones prohibidas para la instalación, que desde el año 2003 recibió la acreditación y pese a todos los obstáculos mantiene su homologación.
«La erogación que se necesita para mantener activo el Laboratorio alcanza un costo entre 30 y 40 por ciento superior al que enfrentaríamos si no existiera el Bloqueo», denunció Montes de Oca, quien apoyó su afirmación con ejemplos variados.
Estados Unidos marcha a la vanguardia en la fabricación de equipos para este tipo de centros, y además es dueño de casi todas las patentes de fabricación de reactivos y otros insumos demandados para la labor que en ellos se realiza.
Los impedimentos aparecen desde el mismo momento en que se accede a los sitios webs que ofrecen información sobre las ventas de estos productos, pues reconoce automáticamente que dicho acceso se origina desde una conexión cubana y ese hecho impide cualquier solicitud. Incluso, ni siquiera permite consultar un detalle específico del equipo o las sustancias en cuestión.
«Desde que intentas consultar el producto aparece la información de que ese tipo de comercio no está disponible para nuestro país y por lo tanto debes consultar a otro proveedor, y no deja siquiera consultar las características técnicas de la pieza y mucho menos el precio», recalcó el especialista.
Una de las repercusiones más negativas radica en la imposibilidad de acceder a tecnología de punta, algo que conduce al laboratorio a una obsolescencia obligada, que traería mayores consecuencias en el futuro por la dinámica en la evolución del tema dopaje.
«Cada día surgen nuevas sustancias, los atletas consumen algunas que no son ni conocidas por la comunidad científica y constantemente hay que actualizar la tecnología para combatir ese flagelo», aseguró Montes de Oca antes de referirse al Thermo Scientific.
El llamado LC/MS Orbitrap es un espectrómetro de masa con la tecnología más avanzada en la lucha contra las sustancias prohibidas y Cuba no ha podido incorporarlo a pesar de que la Agencia Mundial Antidopaje lo tiene entre sus prioridades desde el 2015.
«Es un caso curioso, por ejemplo, que quienes visitamos el Laboratorio de Brasil en ocasión de los Juegos Olímpicos del 2016, vimos allí 20 equipos de ese tipo, y por supuesto los cubanos no sabíamos trabajarlo, porque nunca nos habíamos enfrentado a él», acotó.
Los ejemplos son innumerables. Impactan además el intercambio con diferentes instituciones de su tipo, fundamentalmente con las estadounidenses, y se expanden hasta la imposibilidad de recibir pagos por servicios prestados, todo como parte de una macabra política de agresiones que perdura por más de 60 años con costos millonarios para la economía cubana. (Texto y foto: JIT)
