Valentín Roura Reyes, un pescador jubilado de Santa Cruz del Sur, conocido desde su infancia como "Valiente" por haber nacido el Día de San Valentín en 1935, sostiene un timón imaginario con firmeza en sus manos.
“A pesar de haber superado los 90 años, aún conservo el deseo de ser un hombre de mar”, comentó.
Desde muy joven, Valentín no tuvo más opción que seguir la tradición familiar. “Comencé a pescar langostas con los hermanos Torres. Luego, pesqué rabirubia, pargo y cubera utilizando chinchorros de arrastre en las aguas cercanas a la costa. También remendaba chinchorros para ganar algo de dinero, ya que en mi familia éramos muchos. Tenía la responsabilidad de ayudar a alimentar a mis hermanos menores y a mis padres. Por eso, no pude estudiar, no tenía tiempo para eso en aquella época”, explicó.
A los 12 años, Valentín debía zambullirse varias veces al día para desatascar el chinchorro atrapado entre las piedras del fondo marino, lo que le reportaba solo cinco pesos. Para aumentar sus ingresos, tuvo que aprender a manejar las palancas de ese arte de pesca.
Con la creación del Combinado Pesquero Algérco Lara Correa en su localidad, Valentín volvió a pescar la reina del Caribe en embarcaciones más grandes, integrándose a la tripulación dirigida por Miguel Yusa.
Por su destacada actitud, los directivos de la entidad lo seleccionaron para reemplazar al patrón de un barco encargado de trasladar camarones desde la zona de pesca a la industria. “Durante tres meses contribuí a su reparación antes de salir a navegar”, confesó.
Valentín Roura Reyes, el pescador jubilado de esta región, enfatiza que sigue llevando un timón imaginario en sus manos. “No hay madrugada en la que no sueñe con aquellos días de tanto trabajo. Converso con mis amigos sobre lo que aprendí desde niño y anhelo volver a navegar”, afirmó. (Texto y foto: Raúl Reyes Rodríguez/Radio Santa Cruz)