logo Imagen no disponible

Radio Cadena Agramonte emisiora de Camagüey

Camagüey, combatiente, lucha clandestina, revolucionaria

Raquel, una luchadora clandestina batalladora


Raquel nació el 2 de junio de 1923 en La Habana. Quizás sea la combatiente de la lucha clandestina  de mayor edad en  Cuba.

Para suerte de la Revolución vive en la capital, acompañada de Raúl Enrique, su hijo de 73 años, orgulloso de la historia de la madre y del padre: Raúl García Peláez, fundador del Movimiento 26 de Julio en Camagüey.

A los tres años, junto a la familia, el batey del antiguo central Senado, en Minas, la acogió. El padre: Mario Riveron Ruiz, fungía, hasta su jubilación a principios de los años 60, como jefe de tráfico de la industria azucarera.

Cuenta Jesús Enrique: “Mamá pasó toda la infancia, adolescencia y parte de la juventud allí, hasta matrimoniarse con papá en que pasó a vivir en la calle Padre Valencia de la ciudad de Camagüey.

El golpe de Estado de Fulgencio Batista, del 10 de marzo de 1952, marcó un giro en la vida de Raquel, acompañó al esposo en todas las actividades contra el régimen.

Antonio Massía (Tony), quien despuntaba como inquieto estudiante camagüeyano a favor de las causas justas, apenas tenía catorce o quince años, cuando conoció a García Peláez, contacto que le abrió el camino para enrolarse posteriormente en la lucha por la Revolución.

Con 88 años tiene una memoria envidiable: “Cuando los esbirros asaltaron la quinta propiedad de la familia de Raúl, situada en la carretera de Vertientes, Raquel escondió armas comprometedoras y solo encontraron escopetas de caza. No pudieron probar nada. En esa quinta se fundó el Movimiento 26/7, y ella estaba participando activamente en la organización de la reunión clandestina.

Semanas antes del alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba, Frank País, al regreso de México, donde se entrevistó con Fidel por segunda vez en octubre, estuvo en la casa de García Peláez con instrucciones concretas del derrotero de la Revolución. Finalmente encabezaría los expedicionarios del yate de Granma el 2 de noviembre por Las Coloradas. Ella participó en la reunión.

En la primera ocasión en agosto de 1955 regresó como jefe de Acción Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio; en la segunda en octubre fue a  plantearle a Fidel su convicción de que no estaban en condiciones de iniciar la lucha por la falta de armas y preparación.

Habló con franqueza y el líder de la Revolución le explicó que ya no podían dar marcha atrás. Su promesa: “En el 56 seremos libres o mártires” constituía un acto de vida o muerte, la palabra empeñada sería cumplida.

La muestra de la entereza y extraordinaria capacidad organizativa del joven santiaguero la brindó con el Levantamiento del 30 de Noviembre, que tuvo un carácter nacional. Sus acciones se extendieron por todo Oriente y Camagüey, y también, con menor fuerza, en Santa Clara y algunos puntos de Occidente, recogen reseñas históricas.

El acoso de las fuerzas represivas en Camagüey obligó a Raquel y a García Peláez a marchar al exilio en México con los tres hijos, dos de ellos ya fallecidos.

La casa donde residieron en la nación azteca, la empleó como campamento para revolucionarios y utilizaron catres. Siempre tuvieron el riesgo de que la Policía pudiera detectarlos.

Massía califica a Raquel como una mujer excepcional, desinteresada, cambió su vida, altamente acomodada por los orígenes de la clase media de García Peláez para convertirse en una revolucionaria cabal.

El esposo fue embajador de Cuba en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, miembro del secretariado del Comité Central del Partido y primer secretario de la organización política en Matanzas. Ella siempre mostró modestia y supo conducir, con respeto, la formación de sus hijos.

Raquel, quien recibirá este 2 de junio el cariño de su pueblo, ostenta la medalla de Combatiente de la Lucha Clandestina, la de Combatiente por 30, 40, 50 y 60 años de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), la distinción 28 de Septiembre de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la 23 de Agosto de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Preguntada telefónicamente cómo se siente al saber que mañana cumple años respondió, plácidamente en su hogar, ubicado en 21 y 28 en el Vedado habanero: “Feliz de haber llegado a esta edad y tener el reconocimiento del pueblo, sino no hubiera felicidad. Estar en un rincón, mejor es morirse”. (Enrique Atiénzar Rivero/Colaborador Radio Cadena Agramonte) (Foto: Cortesía de la familia) 


En esta categoría

Comentarios


Tu dirección de correo no será publicada *