
Concluye otro año bien duro, complejo y crítico para Cuba, en el que las dificultades económicas, financieras y energéticas, evidenciadas en los molestos apagones, impidieron cumplir metas o planes en el orden productivo y social y avanzar en el ritmo deseado.
Por si fuera poco, las afectaciones que ocasionó el huracán Melissa en la zona oriental, la inestabilidad en los servicios básicos, el impacto de las epidemias de arbovirosis y la arremetida del gobierno estadounidense como parte de un bloqueo cada vez más criminal, sin dudas, hicieron mella en la vida de millones de cubanos y en la prosperidad de la nación.
Al decir de Manuel Marrero Cruz, primer ministro, el cerco estadounidense creció un 49% en el último año y llegó a más de 7,500 millones de dólares en perjuicio del Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba, con impactos directos en la disponibilidad de divisas, las operaciones financieras internacionales y la contratación externa.
Quizás ningún otro país hubiese podido resistir una intensa y prolongada guerra no sólo económica, sino también mediática con sobredosis de odio, mentiras y cinismo por los enemigos históricos de la Revolución, que intentan desacreditar a sus dirigentes, sembrar desconfianza y desunión en el pueblo, incitar al desorden público y al irrespeto de las leyes.
Una economía parcialmente paralizada
Tal cual señaló recientemente ante el Parlamento el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel, "con cierre del tercer trimestre, el PIB decrece en más de un 4 %, la inflación se dispara, la economía está parcialmente paralizada, la generación térmica es crítica, los precios se mantienen altos, se incumplen las entregas de los alimentos normados, y las producciones agropecuarias y de la industria alimentaria no satisfacen las necesidades de la población".
Aun así en el 2025 se trabajó con intensidad en la preparación de las condiciones relacionadas con la transformación cambiaria y el nuevo mecanismo de gestión, control y asignación de divisas.
En el periodo, los esfuerzos se concentraron en continuar el proceso gradual de control del déficit fiscal y la ejecución del Presupuesto del Estado; en estudiar e implementar medidas para flexibilizar las políticas y las normas de la inversión extranjera.
Al respecto, durante la XLI Feria Internacional de La Habana se anunció un grupo de decisiones enfocadas en flexibilizar y hacer más atractiva al empresario foráneo su presencia en Cuba.
Asimismo se aprobó el perfeccionamiento de la organización salarial en el sistema empresarial, y se acaban de develar más medidas en materia de administración tributaria, en aras de poner orden e incrementar los ingresos al Presupuesto del Estado desde la recaudación de los tributos.
En medio de las dificultades objetivas, de un contexto internacional de conflictos bélicos, de sanciones y amenazas por el imperialismo, de crisis en el comercio mundial y desastres, debemos reconocer las deficiencias internas que también impactaron en la economía y la sociedad.
Por eso, como dijo a los diputados Díaz-Canel, “corregir distorsiones y reimpulsar la economía no es un eslogan, es una batalla concreta por la estabilidad de la vida cotidiana, porque el salario alcance, porque no falte el alimento en la mesa, porque se acaben los apagones, porque se reanime el transporte, porque la escuela, el hospital y los servicios básicos funcionen con la calidad que merecemos".
En el Año del Centenario del Comandante en jefe Fidel Castro Ruz habrá que acabar de aterrizar en la estabilidad macroeconómica, en seguir reduciendo el déficit fiscal, en ordenar las cuentas, enfrentar la inflación, ajustar el presupuesto para proteger a quienes más lo necesitan, y resolver el complejo tema de la tasa de cambio.
Pero sobre todo en que la agricultura revierta su crítico estado y tanto desde el sector empresarial como el no estatal la producción de alimentos no requiera continuar dependiendo de grandes importaciones, y se pueda asumir territorialmente, en aras de la soberanía alimentaria.
Cuba no está sola
Por suerte este año se demostró, una vez más, que Cuba no está sola; la solidaridad internacional se reafirmó en las votaciones de la Asamblea General de Naciones Unidas contra la genocida política impuesta al país desde hace más de seis décadas, y a raíz del azote del huracán sobre las provincias orientales.
También se afianzaron y multiplicaron los vínculos económicos y comerciales con decenas de países y bloques como la Unión Económica Euroasiática y los BRICS, y se fortaleció la integración con las naciones hermanas de América Latina y el Caribe, hoy bajo grave amenaza de agresión.
Se va un 2025 en el que como diría Miguel Díaz-Canel las largas horas de apagón trastocaron por completo la cotidianidad, generado incertidumbre y acentuado sentimientos de desesperanza.
En fin, como escribió en su perfil en Facebook una compatriota, la economía cubana atraviesa una crisis profunda y prolongada, con especial gravedad en la agricultura. Bajos niveles de productividad, desestimulación crónica al productor, distorsiones de precios, ruptura de encadenamientos productivos, tierra ociosa y una empresa estatal que, en muchos casos, no logra cumplir eficazmente su función social.
Por suerte, para enfrentar tan dura realidad, y otros disímiles y complejos retos y problemas, el país cuenta con un abarcador Programa de gobierno, una guía de acción que involucra a todos los sectores de la sociedad y actores económicos, con vistas a enrumbar alhacia la anhelada prosperidad. (ACN) (Foto: Tomada de Internet)