
EE.UU, 31 dic.- Parece que al Jefe Trump le han mentido alevosamente, como que le han aplicado su propia medicina a quien anuncia sistemáticamente embustes de todo tipo y color.
Sí, porque la última hazaña de los us marines, según declaró el mandatario junto al matarife Netanyahu, fue que habían destruido una zona portuaria en el litoral venezolano, desde donde aseguró que fluyen alegremente toneladas de drogas, no está claro si cocaína o fentanillo, o suplementos dietéticos adulterados, en fin.
Trump, presentó el episodio en modo thriller, sembrando más dudas y expectativas. No está claro si este método, pretendidamente enigmático, busque mantener en zozobra a los venezolanos, para quebrar su unidad interna, algo que al parecer no ha funcionado para nada, o es para entretener a su base MAGA, y a cualquier otro despreocupado que tenga la paciencia, en plena temporada navideña, de escuchar lo que el inquilino de la Casa Blanca tiene que decir.
El caso es que el anuncio coincide prácticamente con un lamentable incendio que se produjo en el municipio de San Francisco, en el estado de Zulia; específicamente en las riveras del Lago Maracaibo, en un galpón de una fábrica de pienso para aves de la empresa privada PRIMAZOL; el siniestro fue oportunamente controlado y correspondientemente se brindó la información al público. Así que aquí hay un problema para los que en las redes lo usaron como prueba; el siniestro se produjo en el mencionado Lago, sin costas al Caribe, lago al fin y al cabo; por tanto también por ello queda descartado. Fuera de ese accidente, no se notifica por nadie otra eventualidad, en un país y época en que circulan no menos de 19 millones de celulares con cámara incorporada, que raro no?
Y en la medida que la noticia discurre por la infinita autopista informativa de las redes sociales y de otros grandes medios, que rápidamente presentan sus propias versiones, el asunto comienza a complicarse; claro algunos se cuidan y alertan que, para no variar, el Jefe Trump no mostró pruebas de la tal destrucción, e incluso insisten en el lenguaje donde el término “tal vez” predomina en el relato.
Para salir del apuro emerge la opción de que fue un ataque con drones perpetrado por la CIA. Sí, no hay que reírse porque la CIA que ya se sabe para qué sirve, también es una excelente tapadera para decir que se hicieron cosas encubiertas, obviamente, al extremo que han volado un complejo portuario con un montón de naves, pero fue tan secreto que nadie se dio cuenta; por suerte para el mundo está Trump para develarlo. Se sugiere tener paciencia, en cualquier momento brindaran alguna imagen editada o de IA, muy de moda por estos tiempos.
En la vida real, varios análisis vienen advirtiendo sobre las complicaciones que tiene una acción militar en territorio venezolano, pero la presión ahora sobre el gobierno estadounidense es enorme, su credibilidad quedó entrampada en esta historia sin mérito.
Casi un semestre después de desplegar uno de los operativos aeronavales más grandes de los últimos años en el Caribe, con sucesivas piruetas de aeronaves cerca de las costas venezolanas e incluso, el extremo de reconvertir a esas “honorables” tropas en vulgares corsarios que asaltan supertanqueros, en rigor no han podido mostrar nada que no sea el asesinato vil de más de 100 personas, recalificadas como narco terroristas, que pululaban en el momento y por el lugar equivocado, por las cristalinas aguas del Caribe o por el Pacifico americano.
Volviendo al tema del puerto destruido, hay una arista también complicada de presentar y aclarar. Por ejemplo, si en rigor este hecho se produjo, ¿bajo qué legalidad se hizo?; ¿quién paga por los supuestos muertos? que debió provocar el ataque, eventualmente aniquilados sin juicio previo, como los tripulantes de las “narco” lanchas; la CIA ¿acaso tiene jurisdicción para operar como autoridad competente en un tercer país, sin violar varias leyes internacionales?; y así se puede seguir abriendo el abanico de dudas sobre esta felonía.
Visto el tema, hasta aquí parece más conveniente asumir que mintieron al presidente Trump y de allí surge otra natural consulta, ¿quién fue?, como se le ocurrió a alguien engañar al jefe de estado violando entre otras las propias normas estadounidenses como el Código de Ética del Servicio Público, y la necesaria atmósfera de trabajo donde asuntos de seguridad nacional requieren la máxima confiabilidad.
Es difícil en este instante responder categóricamente este interrogante. Sin embargo, siguiendo la lógica de quien o quienes son los responsables del manejo de este tipo de asuntos, todas las flechas apuntan al inefable, mentiroso contumaz, Mr. Rubio.
El personaje tiene en todo caso bajo su mandato, tanto la gestión de la política exterior imperial, como los graves y complejos problemas de la seguridad internacional, que según este país ellos deben controlar bajo el conocido complejo de policías universales.
La reputación de Mr. Rubio otra vez, de nuevo, queda en entredicho. Acumula desaciertos empezando porque la caída del gobierno bolivariano no se ha producido, como se sabe, el verdadero centro de su interés y compromisos corporativos, y el tiempo discurre en contra de que ello ocurra; se dispersa en el aire, sin logros concretos, la promesa que le hicieran a Trump de quedarse con el petróleo, el oro y otros recursos venezolanos.
Le sigue en la lista de derrotas el desastre, el genocidio infinito, vergüenza para la raza humana, que todos los días se observa en Gaza, donde una ideología perversa como la sionista justifica el asesinato de cientos de miles de personas, como algo natural.
Está la guerra en Ucrania, la que Trump terminaría en 24 horas, con el concurso de Mr. Rubio su canciller. Este problema también se ha complicado en cada minuto. Por decir algo reciente, el intento de ataque a la residencia del mandatario ruso esconde inescrutables vericuetos, y sus responsables, más preocupados para que no avance la paz, acaban de complicarle el show de fin de año al mandatario estadounidense.
Y sobre las 8 guerras que Trump dice logró terminar, lo real es que numerosas evidencias apuntan a que en el mejor de los casos se trató de altos al fuego temporales, incluso algunos volvieron a estallar, o se trató de desescaladas puntuales o de disputas, pero no guerras formales.
También en esta fantasía cuántica tiene que ver Mr. Rubio, al fin y al cabo no importa que no sea él quien aparezca públicamente presumiendo de tales esfuerzos pacificadores, pues es algo que debería ser inherente al Departamento de Estado que dirige.
Mr. Rubio termina su primer año de mandato al frente de la política exterior sin resultados, nada que mostrar, ni siquiera a favor de los intereses imperiales.
De recuperar el canal de Panamá, ocupar Groenlandia, anexarse Canadá o derrotar a Maduro, nada de nada. Sus únicos y se quiere ridículos logros, un Nobel para María Corina Machado enlodando el famoso premio y contrariando al Jefe Trump, convencido de que lo merecía; o generar una autentica crisis política en Honduras, de incierto desenlace tras la imposición de un candidato que a todas luces no ganó, en una vulgar reedición de los métodos fraudulentos para imponer gobernantes subordinados.
Y bueno, Mr.Rubio, aunque le tiró a matar a la Revolución cubana, ahí sigue viva, a pesar de sus canalladas y de los recursos destinados a su destrucción.
Si Mr. Rubio, tú le mentiste al Presidente Trump, quizás en algún momento de los próximos meses a alguien se le ocurra hacer un balance de tu gestión y bueno, que te manden para tu casa, no se sabe si a dónde ahora pernoctas, dentro de un cuartel militar, o la residencia habitual en La Florida. Se verán cosas. (Texto y Foto: Cubasí)