Los niños son el futuro, y en estos tiempos complejos, cuando la pandemia provocada por el nuevo coronavirus impuso cambiar estilos de vida y replantear modos de pensar y actuar, el bienestar de los pequeños ha constituido siempre prioridad en el país.
Hoy, como cada primero de junio, se celebra el Día de la Infancia, y desde los hogares la familia cubana vela por la educación de las nuevas generaciones, donde mamá, papá u otros familiares, se preocupan por la continuidad de estudios a través de las teleclases, y siguen de cerca las orientaciones de los directivos del sector sobre el proceso para la culminación del curso escolar cuando la situación epidemiológica lo permita.
Para los infantes este periodo de distanciamiento físico también significa un desafío, pues la alegría y energía típica de la edad representan un reto al permanecer todo el día en casa.
Contra el aburrimiento afloraron la creatividad y el ingenio; y las iniciativas artísticas, manualidades, juegos didácticos y otras ideas inundan las redes sociales, demostrando que cada contingencia nos une más, y que por oscuro o difícil que sea el camino, mientras sonrían “los que saben querer”… hay esperanza.
