El pasado 24 de julio, Tokio, Japón, debía ser un hervidero. Pero la Covid-19, que ha pausado tantos proyectos, lo impidió. El 24 de marzo se confirmó lo que era inminente: el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de este 2020 para el próximo año. Algo insólito, pues hasta entonces, solo las dos Guerras Mundiales habían causado la suspensión de la cita bajo los cinco aros.
Pero la seguridad de los deportistas, en medio de la pandemia que nos azota hace ya nueve meses, fue mucho más importante, aunque la prórroga de los Juegos fue una medida controvertida y que trató de evitarse por todos los medios.
Las Olimpiadas ya tienen incluso nueva fecha (a partir del 23 de julio de 2021), y según ha dicho recientemente el vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, “serán los Juegos que vencieron al coronavirus, la luz al final del túnel”.
En Cuba, desde inicios de este mes, los atletas han vuelto a la práctica al aire libre. El Instituto de Deportes, Educación Física y Recreación trazó la estrategia de realizar bases de entrenamiento en territorios con una situación epidemiológica más favorable que la capital.
Es así que Camagüey sirve de anfitrión por estos días al equipo nacional de Atletismo. Aquí, disponen de las condiciones propicias para ejercitarse: una pista cubierta de polytan que la convierte en la mejor del país, y un gimnasio de musculatura dotado con tecnología del primer mundo.
Las largas horas de entrenamiento, en la que deben seguirse estrictos protocolos sanitarios para la seguridad de los atletas, son la clave para superar marcas personales y subir a lo más alto del podio olímpico. (Arailaisy Rosabal García/ Radio Cadena Agramonte y Marieli Suaid Núñez/ Estudiante de Periodismo) (Fotos: Humberto Cid González).
