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Camagüey: La ciudad trascendente


Nicolás Guillén.Nicolás Guillén pensó que nunca llegaría a ser profeta en una tierra líricamente madrastra antes que madre, y tuvo que abandonarla por impertinencias de la vida. Buscando nuevos horizontes se alejó de una provincia anárquica, prejuiciosa…

Pero quedó Camagüey conservada en nítidos fotogramas de su recuerdo. Al sitio donde nació pertenecen la vivencia más sagrada: su padre, y sus amigos de niñez y juventud. Desde entonces se vio precisado a regresar por el amor a sus más cercanos seres carnales o por la inevitable nostalgia de un terruño mientras más añejo más propio.

En cada viaje circunstancial, ya fuera por urgencias profesionales o no, agolpó un amasijo de imágenes, de añoranzas, de arraigo, de lecciones éticas, de valores patrios. En las prosas aprisadas de las diferentes tribunas periodísticas donde colaboró, hizo traslucir con versatilidad esas memorias anecdótico-literarias, a través de la crónica periodística.

La imagen de Camagüey que construyó fue la del misterio que le inspiraba el perfil arquitectónico de las iglesias, las fachadas de las casas, las calles y las plazas. Prefirió la ciudad limitada por los ríos Tínima y Hatibonico. Como tradición alcanzó a mencionar la festividad sanjuanera y acudió a la estampa de la nochebuena en su modesto hogar.

Guillén no habló de tipología arquitectónica doméstica, ni de modelo urbano irregular, ni de materiales y técnicas de construcción, ni de pilastras truncadas o aleros de tornapunta o arcos interiores. Más que en el uso de la terminología científica para cada expresión arquitectónica, su rol social modelado por la conquista de sus posibles lectores influyó en la  preferencia por la mística de la ciudad que trató como organismo vivo.

Todas sus referencias convergen en el marcado acento popular de un escritor que reconoce verdaderamente al Camagüey a través de la gente del pueblo y de sus genuinas figuras históricas. Lejos de realzar el mito de la región y las construcciones eclécticas, rindió homenaje como nadie lo hizo en su momento a la clase desposeída y olvidada.

Caló en el cráter de la miseria provinciana, se identificó con los sectores más débiles y logró una descripción asombrosa de la sociedad en los diferentes regímenes en que vivió.

Ofreció oportunos textos, en su mayoría de remembranza. Presente en sus relatos, se mostró unas veces sarcástico, irónico, paradójico, metafórico; pero siempre vistió un elegante traje popular renovado con la originalidad de su gracia cubana.

Las razones afectivas no sólo dominaron. Sin desdeñar el significado espiritual que representaban para Guillén, los socorridos pretextos personales fraguaron los cimientos de su actitud combatiente, al presentar los problemas sociales que doblegaban las espaldas de los cubanos humildes. Uno de sus principales logros fue denunciar los males de la sociedad a partir del ejemplo de su Camagüey.

A través del contexto de su tierra natal Nicolás Guillén logró producciones comunicativas de indudable valor estético, esencialmente humanas. La crónica le ofreció mayor libertad literaria por sus peculiaridades como texto periodístico, mensajes que complementó con sus creaciones poéticas, otra de sus tribunas de denuncia, de complicidad y de realización personal.


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