Prisionero en Lanta Buur, Somalia, durante casi 11 años, soñaba despierto y dormido con el día en que regresaría a la Patria, a los suyos.
Durante 10 años, siete meses y un día, casi todo el tiempo aislado y rodeado del odio de sus captores, el camagüeyano Orlando Cardoso Villavicencio rompió algunos de los más íntimos cercos del dolor y relató, en su libro Reto a la soledad, esa odisea de la resistencia humana, de la "dignidad de un cubano".