Los cangilones del Río Máximo, inmersos o en la superficie como losas de mármol, son blancos, de un blancor que enceguece los ojos, y la limpidez de las aguas hace que todo parezca iluminado.
Este lugar, uno de los más singulares del planeta, comenzó a formarse hace unos 28 millones de años. El Río Máximo, indican los especialistas, cruza una zona de rocas calizas cristalizadas, cubiertas por un profundo suelo aluvial.
Ello ha zanjado las entrañas a un manto de rocas calizas subyacentes a lo largo de 350 metros. Por su singularidad y belleza fue declarado Monumento Nacional.