¡Oh Camagüey, oh suave comarca de pastores y sombreros! No puedo hablar, pero me gritan la noche, este misterio; no puedo hablar, pero me obligan el perfil de mi padre, su índice de recuerdo; no puedo hablar, pero me llaman su detenida voz y el sollozo del viento.
(Texto: Fragmento del poema Elegía Camagüeyana de Nicolás Guillén. Foto: Humberto Cid González/ Radio Cadena Agramonte)