Editorial
¡Camagüeyanos!
Llegamos a un nuevo año, el 2024, en plena independencia, soberanía y libertad, lo que valida el triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959, ya en su aniversario 65, tras salvar grandes escollos contenidos en las acciones contra la nación cubana provenientes del gobierno enemigo del norte.
No obstante, como garantía de la indetenible marcha del proceso socialista en Cuba se inscriben renovados programas socioeconómicos, adecuados a los momentos actuales, con las premisas ratificadas en el más reciente pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y en el Segundo Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Se ratifica que somos continuidad en la decisión de vencer los retos que se nos imponen, como propósito de la inmensa mayoría del pueblo cubano, para proseguir en la edificación la sociedad justa y de igualdad, que merecemos.
Se certifica así, el compromiso moral y de realidad práctica legadas por los próceres y la generación del centenario, encabezada por Fidel, desde la clarinada libertaria de 1868, coronada el día inicial del año 1959, que abrió para el cubano de la época el más amplio universo con el fin de labrar su destino libremente.
Como se ha afirmado en otras ocasiones, es precisamente cumplir con ese desafío que significó la victoria, y que desde ese entonces Fidel calificó como la etapa más difícil a enfrentar, lo que hace al cubano de hoy seguir con firmeza e inteligencia su proyecto social, en un tránsito nada exento de tropiezos, unos por insuficiencias inherentes a la obra humana, y otros, los mayores, por el criminal cerco yanqui a la nación.
Además, sabemos de los puntos débiles en lo interno, con ineludible proceso de solución en el empeño de avanzar, y donde la duda consecuente, o sea, el cotidiano chequeo de lo hecho, debe ser la constante en todos los órdenes de la vida, pues es mucho lo que está en juego.
La última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular en el año concluido, puede y debe marcar el inicio de una nueva tendencia en el comportamiento de la economía cubana, cuando la palabra de orden es corregir las profundas distorsiones estructurales que lastran el desempeño económico.
Todo dependerá -dijo Díaz Canel- de la capacidad para implementar las medidas anunciadas a fin de remontar la complejísima situación provocada por el cerco norteamericano, la crisis en las relaciones económicas internacionales y errores propios.
Oportuna es la ratificación de que las políticas públicas de Estado y de Gobierno son de obligatorio cumplimiento para todos los sectores, y que se enfrenta decididamente la pretensión enemiga de fracturar la unidad y poner al sector no estatal de la economía en contra de la Revolución.
Estratégica la afirmación y alerta de que el bloqueo seguirá ahí, sueños y poniendo obstáculos, porque forma parte del empeño del gobierno de Estados Unidos de cortar la economía y la capacidad del gobierno para dar respuesta a las necesidades de la población cubana.
¡Agramontinos!
En momentos en que el mundo aprecia la gallardía de Cuba en la arena internacional y como se ha afirmado, recibimos este año 66 de la Revolución sin apartarnos ni un ápice de nuestros principios, para demostrar al enemigo de pueblo y al mundo que estamos aquí para siempre, empeñados en seguir ganando, con la disposición de perfeccionar y la convicción profunda de que vamos a vencer. (Foto: Archivo)
