La Habana, 28 feb.- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Cuba apoya la transformación de los sistemas alimentarios locales para fortalecer la producción de bioplaguicidas.
Tecnologías de avanzada e insumos destinados a la producción de bioplaguicidas se encuentran ya listos para su puesta en marcha en el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (Inisav) de esta capital.
La iniciativa cuenta con financiamiento de la Unión Europea (UE) y forma parte del proyecto de Fortalecimiento del sistema integrado de gestión del conocimiento para la seguridad alimentaria sostenible en Cuba (Consas), destacó la coordinadora-consultora de la FAO para este proyecto Aymara García, en nombre del representante de la FAO en Cuba, Marcelo Resende.
El donativo beneficia al laboratorio del Inisav con diversos insumos como: liofilizadora, zaranda orbital refrigerada, mezcladoras, balanzas, analizador de humedad y filtros para fermentador, entre otros destinados a incrementar y mejorar producción de bioplaguicidas, resaltó.
Ello -indicó García- tendrá una repercusión directa en el manejo integrado de plagas en más de cinco mil hectáreas de tierras, ubicadas en seis municipios de las provincias centrales de Villa Clara y Santi Spíritus.
La coordinadora-consultora de FAO subrayó que la iniciativa está en correspondencia con la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ley SSAN), que tiene entre sus prioridades disminuir la dependencia a recursos externos y fortalecer la producción local de insumos productivos, entre ellos los bioplaguicidas.
Además, puntualizó que permite obtener cosechas con menor nivel de residuos, lo que contribuye a una mayor inocuidad de los alimentos con un impacto directo en la salud de la población.
Por su parte, la directora del Inisav, Marlene Veítia, aludió al uso de los bioplaguicidas como estratégico para Cuba, porque aporta soberanía tecnológica, reduce la importación y el uso de plaguicidas químicos que pueden contribuir a la contaminación del manto freático y causar desequilibrio en el sistema agrícola, entre otros efectos negativos.
Señaló que el donativo favorece la calidad y suministro estable de las cepas utilizadas para la producción de bioproductos en Cuba y mejora su conservación, lo que representa ahorro de recursos en su transportación hacia los laboratorios provinciales de sanidad vegetal y los centros de reproducción de entomófagos y entomopatógenos.
Durante la jornada también se firmó un convenio de trabajo entre el Inisav y el proyecto Consas, dirigido a la formación de capacidades para impulsar la seguridad alimentaria en la nación caribeña desde la gestión del conocimiento, la ciencia y la innovación. (Texto y foto: PL)