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Mapa sismológico hasta 2024 revela interesantes detalles sobre Cuba


La Habana, 5 mar.- Cuba es un territorio sísmicamente activo; sin embargo, hay porciones donde es más densa y alta la cantidad de movimientos telúricos registrados.

Así lo demuestra un mapa elaborado por el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Cuba (CENAIS) donde se compilan los epicentros de los sismos detectados por la red de estaciones sismológicas cubanas desde enero de 1998 hasta febrero de 2024.

El estudio del registro sísmico representado en el mapa y sus implicaciones para la definición del grado de peligro sísmico en Cuba fue analizado en el portal de la Red Cubana de la Ciencia (Redcien) por los expertos Enrique Arango Arias y Manuel A. Iturralde-Vinent.

Su análisis evidencia la magnitud de estos eventos generalmente es menor de 2, de modo que no son percibidos por la población local.  Sin embargo, es importante tenerlos en cuenta pues los sismos de baja energía pueden desarrollar fracturas en las estructuras rígidas y con el tiempo generar problemas, de manera que no deben ignorarse.

Agregan que algunos nodos de alta densidad de sismos se encuentran en regiones como la Trinchera de Caimán, Maisí-Paso de los Vientos, Moa, Sibanicú, NE de Las Tunas, Trinidad y Candelaria. Estas concentraciones suelen estar determinadas por sismos de baja magnitud, revelados por la cantidad de sismómetros instalados en la zona.

En los últimos años se ha observado un aumento en la cantidad de estaciones sismológicas instaladas en el país, más de 20 actualmente, lo que permite un registro más amplio de los eventos sísmicos y abarcar áreas que anteriormente no tenían cobertura.

En Cuba y sus alrededores existen diversas estructuras geológicas que pueden generar terremotos de diferentes magnitudes en algún momento, aunque existen áreas más propensas que otras.

De acuerdo a las intensidades máximas de los terremotos históricos se distinguen las siguientes regiones como de mayor peligro: dentro de las categorías V y VI se encuentran Varadero, Jagüey, Esmeralda y Moa; en las VII y VIII están Artemisa, Remedios, Caibarién, Manzanillo, Pilón, Bayamo, Gibara y Baracoa; y, por último, se clasifica a Santiago de Cuba dentro de una fuerza alta de IX.

Según estima el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Cuba (CENAIS), las áreas designadas con riesgo sísmico en Cuba, han de tomar en cuenta una serie de importantes recomendaciones, como que las ciudades y zonas en alerta sísmica deben contar con un estudio actualizado de las vulnerabilidades de la infraestructura, a fin de establecer un plan de reducción de las mismas.

Es imprescindible reforzar las escuelas y los hospitales, entre otras edificaciones que tengan debilidades estructurales; en tanto toda nueva construcción debe responder a criterios sismorresistentes, de acuerdo con la norma cubana NC 46-2017.

En las zonas de alto riesgo sísmico todos los edificios públicos, hospedajes y multifamiliares, deben disponer de una señalética con orientaciones a seguir en caso de que ocurra un evento telúrico.

Debido a que la ocurrencia de sismos fuertes no tiene fechas ni temporadas previsibles, es recomendable mantener un programa regular de información y ejercicios de orientación para elevar la preparación de la población y los directivos. (Texto y foto: Granma)


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