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Radio Cadena Agramonte emisiora de Camagüey

Puentes de amor, Cuba, Carlos Lazo, EE.UU

Lazo entre puentes de amor


Camagüey, 6 sep.- Puentes de amor es una organización que lucha contra el bloqueo, a favor de familias cubanas, para enviar donaciones a Cuba en los momentos más difíciles. Los últimos domingos de cada mes, en diversas ciudades del mundo realizan marchas para pedir el levantamiento de las sanciones contra el país.

Su fundador, el cubano americano Carlos Lazo, a pesar de que algún día estuvo lleno de odio hacia su país natal, lo convirtió en amor junto a sus alumnos. Vía internet, el "profe Lazo ” envío respuestas a nuestras preguntas.

--Sabemos que nació y estuvo en Cuba hasta 1988. ¿Qué nos puede decir de tu estancia en la Isla?

- Haber nacido, y vivido en Cuba más de dos décadas, fue una de las cosas más extraordinarias que marcó mi vida. Todo lo que fui, lo que soy se lo debo a mis vecinos y a mis familiares.

“Como muchos otros emigrantes en el mundo, salí de Cuba buscando una vida mejor, ir a un país desarrollado donde tuviera más oportunidades y de paso,  ayudar a mis familiares que quedaron atrás”.

--En este primer intento fue capturado por las autoridades y cumplió sanción de privación de libertad ,¿Qué experiencias sacó de este periodo?

- Todas las experiencias de la vida de un ser humano son importantes. En prisión aprendí a valorar a mis seres queridos, la libertad; tuve tiempo para leer, aprender y crecer.

-- A pesar de fallar la primera vez lo vuelve a intentar y esta vez sí cumple tu objetivo de llegar a la Florida. ¿Cómo fueron éstos primeros meses en Miami?

- Los primeros tiempos en Miami fueron difíciles, como los de muchos emigrantes. Trabajando en dos lugares diferentes, tratando de sobrevivir en un ambiente y en un país nuevo para mí, al mismo tiempo, ayudar a mis familiares.

-- ¿Qué tan difícil es vivir en un lugar donde el odio fluye con tanta facilidad contra el país que le vio nacer, y de la mano de un cubano-americano?

- Es difícil vivir en un ambiente donde existe odio, pero hay que recordar que donde mismo hay odio, también hay mucho amor. En Miami, tradicionalmente, muchos promueven el rencor, pero otros aman y fundan; entre tanto odio también hay mucho amor.

-- ¿Qué le hizo cambiar la forma de ver las cosas con respecto a la política hacia Cuba?

- El amor, el amor a mi padre, a mi familia, a mis vecinos en Cuba me hizo cambiar. Mientras vivía en Miami en los años 90, sentí como los sentimientos de odio se apoderaban de mí. Un día, mi padre que estaba de visita en Miami, me habló sobre como las cosas que yo estaba expresando representaban odio hacia los vecinos que había dejado detrás. Las palabras de mi padre, me marcaron, fue un antes y un después, cambié la manera de ver las cosas.

-- Al mudarse a Seattle, ¿cómo fue el proceso de adaptación en una ciudad nueva con personas y costumbres diferentes?

- Seattle es una ciudad progresista y diversa, la que hoy considero también mi hogar. Allí tuve la oportunidad de superarme y de relacionarme con personas de diversos orígenes étnicos y culturales, fue de gran beneficio para mi vida y para la de mi familia.

--Se alistaste en el ejército de los EE UU y cumpliste misión en Iraq. Cuéntanos tus experiencias.

- Todas las guerras, son experiencias aterradoras. Fui enfermero en la guerra y tuve la oportunidad de salvar vidas de soldados estadounidenses y de iraquíes. La guerra me enseñó a odiar las guerras. Eso es lo único que odio en mi vida: las guerras.

-- En el 2005 al regresar de la guerra el presidente, George W Bush había implantado nuevas medidas contra las familias cubanas, ¿Qué hizo para promover que se levantaran estas sanciones ?

- Para levantar las sanciones de Bush, me convertí en un activista por el mejoramiento de las relaciones entre Cuba y EEUU. Testifiqué en el Senado de los Estados Unidos, pidiendo el fin de las sanciones a Cuba, sanciones que castigan a la familia cubana.

-- En el año 2018, se hizo viral un vídeo de usted con sus alumnos cantando "Cuba isla bella" del grupo Orisha, y ahí se da a conocer su nombre y nace el proyecto con niños norteamericanos Fábrica de sueños. ¿Qué nos puede decir de esto?

- Hace más de 10 años soy maestro. Enseño a mis estudiantes español y también sobre la cultura cubana. Ese vídeo que se hizo viral, fue en realidad la punta del iceberg de lo que hacemos en nuestra aula todos los días. Gracias al video, mis estudiantes, y yo tuvimos la oportunidad de conocer a varios artistas cubanos e incluso mis estudiantes tuvieron la oportunidad de cantar, por tres noches consecutivas en un concierto, junto al grupo Buena Fé en el teatro Carlos Marx. 

-- El 27 de enero del 2019 con el paso del tornado que arrasó por la capital del país, decidió enviar un donativo para los damnificados. ¿Qué le motivó  a enviarlo?

- Siento a mi Patria de nacimiento todos los días. Cuando me despierto en las mañanas, mi primer pensamiento va para el pueblo cubano. En ese pensamiento va el deseo de paz y prosperidad para mis vecinos, familiares y amigos en la Isla. Saber que había ocurrido un desastre natural fue el incentivo, la chispa para movilizarme junto a mis estudiantes y tratar de dar nuestra modesta ayuda al pueblo cubano.

-- En el 2020 realizó una bicicletada acompañado de tus dos hijos y dos sobrinos hasta Washington para pedir el fin del bloqueo. ¿Qué siente al haber realizado esta hazaña?

- No considero que eso fuera una hazaña, considero que es parte de lo que hago, de lo que hacen muchos cubanos que residen en el exterior, para hacer por su gente,  por su pueblo. Decía Martí que “el deber se cumple sencilla y naturalmente". Considero que es mi deber, y el de todo el que ame a su gente, a su país de origen, levantar la voz para que haya paz y armonía entre el país donde nacimos, y al que hemos emigrado. Eso fue lo que hicimos, en un gesto sencillo, levantar, regar esa voz de paz y puentes de amor, a lo largo de los 5000 kilómetros recorridos. 

 -- Con el complejo escenario que vivió nuestro país con la pandemia. ¿Qué ayuda envió al pueblo cubano en este período?

- Durante el período de la pandemia Puentes de amor, la organización que lidero, llevó varias veces modesta ayuda al pueblo cubano. Participamos en el envío de seis millones de jeringuillas para la campaña contra la Covid-19. Enviamos miles de libras de leche en polvo para los hospitales pediátricos, recogimos fondos y compramos Custodiol, un insumo necesario para realizar trasplantes hepáticos para niños; y mandamos agujas intravenosas para personas hospitalizadas. Además de esa modesta ayuda material, los últimos domingos de cada mes, desfilamos en Miami y en diferentes ciudades del mundo, pidiendo que se levante el bloqueo norteamericano que castiga al pueblo cubano. 

-- En varias ocasiones se ha reunido con el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez. ¿Cómo es su relación con él?

- Mi relación con el Presidente de Cuba, así como con otros funcionarios cubanos, es una relación de respeto. Durante esos encuentros hemos conversado sobre la importancia de que los emigrados cubanos, más allá de cualquier diferencia, pongamos a la Patria por encima de todo y luchemos por el fin del bloqueo. También, hemos hablado sobre la importancia de que se sigan extendiendo puentes de amor entre la nación y todos sus hijos.

-- ¿Cómo enfrentó el asedio permanente que sobre usted mantienen los enemigos de Cuba en el exterior?

- No me gusta que me asedien, ni que me amenacen, pero supongo que ese es el destino que les toca a los que viven en los Estados Unidos y  deciden levantar la voz para pedir el fin del bloqueo. Así asumo esas amenazas, con naturalidad y sabiendo que nos asiste, y que el amor es la fuerza más poderosa que mueve la Tierra. Ni el asedio, ni las amenazas nos van a detener en esta lucha.

-- ¿Qué mensaje le mandaría a esos cubanos que aún están llenos de odio y desean que continúen las sanciones de los EE.UU  hacia Cuba?

- Les diría a esos hermanos odiadores, que el amor es el único camino y futuro para nuestros pueblos. Que el bloqueo es inhumano y que cualquier persona decente no puede estar de acuerdo con una política que busca rendir por hambre y enfermedad a todo un pueblo. Por último, les diría que, hace muchos años, yo también odié. Y sé que del odio se puede regresar; que se vive mucho más feliz, amando y deseándole bien a nuestros hermanos que deseando mal y odiando. Les pediría que depusieran el odio y le dieran una oportunidad al amor, va en ello la salvación de la Nación y la de nosotros mismos. (Texto: Roger Ariel Díaz Sánchez/ estudiante de Periodismo) (Foto: Internet)


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