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El problema de la basura no es solo responsabilidad de Comunales


En las ciudades grandes y populosas siempre existen lugares donde en algún momento se acumula la basura o se forman vertederos, fuera de los sitios establecidos para arrojar los desechos, pero en los últimos tiempos estos multiplican su presencia en varios puntos de Camagüey, lo cual llama la atención y debe ponernos en alerta, pues no podemos verlos como normales en una localidad que se ha distinguido por su limpieza durante años.

Es preocupante la proliferación de los microvertederos en la primera esquina o espacio libre que haya, y alarma verlos cerca de escuelas, centros donde se expenden alimentos, aledaños a instituciones, a la entrada de repartos, incluso en áreas urbanas de la ciudad -en el mismo centro- que, sin dudas, constituyen foco de insalubridad, afea el entorno y opaca todo el trabajo que se realiza para mantener la higiene.

Seguramente muchos piensan al deshacerse de sus desperdicios que el destino final le pertenece solo a los trabajadores de los Servicios Comunales, y no es así, pero tampoco en este caso no se trata de quién es el culpable o encargado de solucionar este asunto, la reflexión va encaminada a tener un poco de cordura, valorar lo que otros hacen para que nuestros entornos estén limpios. Esta situación resulta hoy día una problemática nacional.

Aunque el primer rincón disponible no se encuentre en el perímetro de la vivienda o lejos del barrio donde se viva, hay que pensar en los efectos en el medio que habitamos, y de igual manera respetar las normas básicas que indican cumplir con botar la basura dentro de los contenedores u otros recipientes acondicionados para ese fin, que muchos ignoran.

En el caso de la ciudad, considero, urge esperar el horario de recogida que casi siempre es en horas de la tarde-noche, para sacar los desechos, pues resulta incómodo al caminar por zonas citadinas encontrar, en espera del recorrido de los carros o tractores de Comunales, jabas colgando en los postes de la corriente o tiradas en esquinas, incluso frente a las mismas casas, con todo tipo de desperdicios.

Quiero dedicar un aparte a lo complejo que se vuelve hoy la recolección de la basura en los microdistritos, los cuales poseen gran población y los ciclos de recogida no se corresponden con la elevada cantidad de basura que se produce, y por lo tanto, al poco tiempo de estar limpios los recipientes vuelven a llenarse.

A partir de sus características peculiares, como sucede en el microdistrito Julio Antonio Mella, de la capital agramontina, (están enclavados allí muchos edificios, entre ellos de 12 y  18 plantas), y cada vez son menos los contenedores y los llamados carros Ampliroll que no cubren la alta demanda de residuos existente.

Es por ello que resulta necesario priorizar este tipo de comunidades, con labores de limpieza más sistemáticas, para evitar que se acumulen las citadas suciedades, en áreas cercanas a las residencias casi siempre a la entrada o en los laterales, los cuales se vuelven focos de contaminación, reproducción de vectores, roedores y por tanto, un riesgo de que se propaguen enfermedades, entre ellas las infecciosas.

El sector de los Servicios Comunales no escapa de las consecuencias de las actuales limitaciones de recursos y la situación energética que atraviesa el país, fundamentalmente en cuanto al combustible y el déficit de piezas, gomas y otros recursos que requieren los medios técnicos.

Según información reciente brindada por la Empresa Provincial de Comunales, incide en la efectividad de la recogida de los desechos sólidos, la situación de los equipos especializados, al estar activo 41 por ciento de los 99 medios que poseen, como los de izaje, volteo, tractores y carretas.

En el municipio de Camagüey, con bajo coeficiente de disponibilidad técnica de vehículos, esa actividad se complejiza, dada su población y extensión, de ahí que existan zonas donde los ciclos se alarguen.

Lo anterior conduce a la acumulación de basura en muchos repartos y en la ciudad, priorizada a partir de su condición, pero por otro lado está la indisciplina y la emisión desmedida de la basura.

En esta problemática también influye la falta de financiamiento para comprar suficientes contenedores, aunque hay que señalar las conductas negativas de las personas, pues en no pocos lugares, destruyen estos recipientes o se adueñan de ellos, algo que merece el repudio de toda la sociedad y la actuación severa de la ley.

Comunales no está ajeno tampoco al déficit de fuerza de trabajo, principalmente de operarios, chapeadores, recogedores de desechos sólidos y barrenderos, panorama que ya comienza a cambiar, tras la implementación de nuevos sistemas de pagos como parte del cambio de gestión de unidad presupuestada en su totalidad a una empresa que combina ambas modalidades.

Por ese lado, existen incentivos de pago, por ejemplo, a destajo, a través del cual perciben entre dos salarios y medio, y hasta tres, en correspondencia con la calidad y la eficiencia del servicio.

En medio de todas las dificultades mencionadas, se garantiza la recogida de la basura y la entidad desarrolla acciones de limpieza de microvertederos en algunos distritos.

Unido a ese esfuerzo, debe estar la contribución de cada quien, desde su radio de acción, y, en primer lugar, no arrojar la basura en cualquier parte, cumplir lo establecido y en segundo, enfrentar a quienes se creen con derecho a ensuciar los barrios y sitúan sus escombros y estiércol de animales, en cualquier espacio.

Se impone un comportamiento acorde a seres humanos civilizados, y también, por qué no, asumir, en algunos casos, el traslado de grandes volúmenes de basura y desechos de otro tipo que se generan en las viviendas, como las de construcciones, podas de árboles y hasta animales en descomposición.

El problema de la basura y los microvertederos en Camagüey no constituye solo responsabilidad de Comunales, ya que en estos tiene notable incidencia la conducta indebida de las personas.

Todos debemos actuar y poner de nuestra parte para que esos entornos de suciedad no ganen más espacio en los sitios que habitamos en detrimento de la salud y el bienestar general.

Ante tales indisciplinas urge la denuncia popular a los organismos encargados del orden interior, aplicar  la ley severamente a quienes incurran en estos hechos, y al mismo tiempo, las empresas o entidades de Servicios Comunales aplicar lo establecido, mediante decretos aprobados para enfrentar delitos e indisciplinas. (Texto y fotos: Jorge Luis Moreira Massagué/ACN)


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