Vilma Espín Guillois continúa entre nosotros, llena de energía y espíritu de lucha. Su legado vive en el corazón de esta isla de estirpe rebelde. Hoy se conmemora el aniversario 18 de su partida física, una de las figuras más emblemáticas y destacadas en la historia de Cuba, reconocida como heroína tanto de la Sierra como del Llano.
Originaria de Santiago de Cuba, su ciudad natal, Vilma mostró desde muy joven un espíritu de lucha, compromiso y justicia social, participando activamente en numerosas manifestaciones estudiantiles que marcaron su temprana militancia.
Su entrega por la causa revolucionaria la llevó a integrarse en la clandestinidad, formando parte del Movimiento 26 de Julio y manteniéndose cercana a su líder, Frank País, con quien compartió ideales y esfuerzos en la lucha contra la dictadura batistiana.
Tras la victoria revolucionaria, Vilma Espín dedicó su vida a la construcción del país y a la defensa de los valores que la habían guiado. Entre sus logros más destacados se encuentra la creación de los círculos infantiles en 1961, una de las obras sociales más importantes de Cuba.
Esta iniciativa buscaba garantizar el cuidado y la educación temprana de los niños, promoviendo la igualdad de oportunidades y fortaleciendo el papel de la mujer en la sociedad, principios que ella defendió con pasión y compromiso.
También asumió responsabilidades políticas y sociales, siendo presidenta de honor de la Federación de Mujeres Cubanas. En ese rol impulsó la participación activa de las féminas en todos los ámbitos de la vida nacional promoviendo la igualdad.
Hoy al conmemorar su aniversario recordamos a Vilma Espín como una mujer de férrea voluntad, entregada a su país y a su pueblo.
Su vida es un testimonio de coraje y amor, que trasciende el tiempo y sigue siendo un faro de inspiración para todos los que soñamos con un mundo mejor. Su legado perdura en cada obra social, en cada mujer empoderada y en la historia misma de la nación cubana. (Maykel Torres La Rosa/Radio Cadena Agramonte) (Foto: Tomada de Internet)