Camagüey, 1ro may.- Colorido y masivo, masivo y colorido. Simples palabras pero que encierran, en síntesis, el espíritu y el impacto de un desfile, de una reafirmación de cuanto se hace y se quiere. En lenguaje bien cubano, un día bien “sonao”.
Fue, eso sí, y además, la muestra del poderoso músculo de la unidad del movimiento obrero en la provincia y la confirmación de la entereza de un pueblo convencido y de convicciones; de un pueblo grande, de un pueblo maduro.
Había confianza, alegría, entusiasmo. Cada bloque, cada Sindicato, cada empresa mostraron un ambiente contagioso. Resultó una marcha organizada, compacta, donde las generaciones se mezclaron para expresar la confianza en que sabremos sortear las borrascas de estos tiempos, la de cintos ajustados y rodilla en tierra.
Hemos sabido afrontar con una voluntad cuasi épica los golpes derivados de un bloqueo de más de seis décadas y, sin embargo, pese a sus secuelas brutales no hay lamentos ni fisuras; seguimos compactos, abrazados a las ideas legadas por José Martí, por Fidel Castro.
Como diría el poeta “yo me quedo con todas estas cosas”, las que llenan de orgullo patrio, de saber que con defectos y virtudes tejemos una sociedad con hilos de esperanza y de que el futuro está en las manos de todos.
Tenemos intacta esa irreversible decisión de que siempre... ¡Venceremos! (Texto y fotos: Gilberto Rodríguez Rivero/Colaborador de Radio Cadena Agramonte)