El 3 de mayo de 1960 las montañas cubanas se vistieron de libros, lápices y libretas que traían en sus manos, con entusiasmo, los primeros maestros voluntarios que llegaban a diferentes zonas apartadas de la Sierra Maestra, así comenzó una misión crucial en Cuba.
El movimiento fue parte de un esfuerzo más amplio liderado por Fidel Castro para alfabetizar a la población y mejorar el acceso a la educación en áreas montañosas, la misión no solo buscaba erradicar el analfabetismo, sino también empoderar a las comunidades rurales, dándoles herramientas para participar activamente en la vida política y social del país.
La iniciativa incluía la creación de 10,000 aulas rurales destinadas a ampliar la cobertura educativa en zonas aisladas, así como la incorporación de 5,000 maestros para garantizar una educación de calidad a los niños y jóvenes de esas comunidades.
se llevaron a cabo acciones simbólicas y prácticas, como la transformación del Campamento Militar de Columbia y el Cuartel Moncada en ciudades escolares, que sirvieron como centros de enseñanza y formación para los estudiantes de las zonas rurales.
Este día marcó un vuelco total en la actividad educacional, enfocándose en los intereses de los sectores más desposeídos y en la igualdad de oportunidades.
El legado de los Maestros Voluntarios se recuerda hoy como un ejemplo de dedicación y amor por la educación. (Texto: Arleén Calvo Lacal/Radio Cadena Agramonte) (Fotos: Tomadas de Internet).