China, 29 may.- Una dotación de 2 mil 800 satélites con Inteligencia Artificial a bordo y capaces de trabajar en red como un enorme superordenador espacial: este es el objetivo del programa chino Star Computing, que ha puesto en órbita los 12 primeros satélites de la Constelación de Computación de Tres Cuerpos.
El proyecto lo realiza la empresa privada Ada y se lleva a cabo en colaboración con el centro de investigación Zhejiang Lab.
De momento es el más avanzado entre proyectos similares, que tienden a hacer de los superordenadores y la IA la nueva frontera del espacio, en un reto emprendido también por Estados Unidos y que en Europa ve también a Italia como protagonista.
"Es un buen momento para planificar cómo podemos aprovechar al máximo la IA en el espacio, no solo en nuestras computadoras portátiles o teléfonos inteligentes", dijo el director del Laboratorio de Zhejiang, Wang Jian, a los medios chinos.
"El espacio -añadió- se ha convertido una vez más en la frontera sobre la que debemos pensar y planificar para los próximos 10, 20 o 50 años".
En esta perspectiva a largo plazo se inscribe el programa espacial chino Star Computing, que pretende crear una maxi constelación de satélites capaces de trabajar en red como un gran superordenador.
La primera parte del proyecto, denominada Constelación Computacional de Tres Cuerpos, fue lanzada por el cohete Long March 2D desde el Centro de Lanzamiento de Jiuquan en el noroeste de China. Puso en órbita 12 satélites equipados con un superordenador capaz de realizar 744 millones de operaciones por segundo, o 744 teraflops, y una memoria de 30 terabytes. Una capacidad de cálculo mucho mayor que la de los ordenadores actualmente presentes en los satélites.
El objetivo principal es reducir en gran medida la cantidad de datos que habrá que transmitir a la Tierra, ya que las imágenes tomadas por los satélites se procesarán a bordo del propio satélite.
Se trata del llamado "edge computing", es decir, la posibilidad de procesar información directamente en la fuente, en este caso a bordo de los satélites, de forma que se reduzca el volumen de datos a enviar y no se sobrecarguen innecesariamente los centros de datos.
El segundo objetivo es sentar las bases para un proyecto más grande y ambicioso, es decir, conectar satélites, cada uno alimentado por paneles fotovoltaicos, a través de un sistema de láseres para organizar una red de supercomputadoras en órbita.
Debido a que hace mucho frío, el espacio es un entorno ideal para los centros de datos, que requieren mucha energía para su refrigeración.
El objetivo final del programa Star Computing es lograr una potencia de cálculo total de al menos 1.000 "petaflops", o poco menos de la mitad de la supercomputadora más poderosa de la Tierra hoy en día, pero sin requerir energía de la Tierra.
De manera más general, la IA en el espacio es un desafío que involucra a muchas empresas espaciales, incluidas las europeas, entre ellas la italiana D-Orbit, que junto con Amazon Web Services (AWS) en 2022 creó un experimento de 10 meses de duración en órbita para probar métodos de análisis de imágenes, con IA, directamente en el espacio.
La IA a bordo de los satélites también podría abrir las puertas al llamado servicio en órbita, es decir, la presencia de satélites automatizados capaces de colaborar entre sí y proporcionar, por ejemplo, servicios de mantenimiento, como reabastecimiento de combustible, o la reparación de satélites dañados. (Texto y Foto: Cubasí)