La Habana, 4 ago.- El equipo Cuba concluyó con una holgada victoria 20-0 sobre Sudáfrica su participación en la VIII Copa Mundial de Béisbol para menores de 12 años, disputada en la ciudad de Tainan, China Taipéi.
Tras un inicio adverso con tres derrotas consecutivas en la fase de grupos que frustraron sus aspiraciones de clasificar a la Superronda —instancia reservada para la batalla por las medallas— los niños cubanos no bajaron los brazos y demostraron carácter competitivo al imponerse en sus dos últimos encuentros de esa etapa.
Esos triunfos, arrastrados a la ronda de consolación, sirvieron de impulso anímico para vencer de manera consecutiva a los tres rivales que enfrentaron allí, incluido el conjunto sudafricano, resultado que les permitió asegurarse el séptimo lugar en la tabla final del certamen.
En esta última jornada, frente a un elenco que se va a casa sin poder inaugurar su casillero de éxitos, los pupilos de Raúl Rodríguez conectaron 14 imparables, tres de ellos de Sean Manuel García, incluidos un doblete y un cuadrangular.
El talentoso jardinero avileño fue el único cubano integrante del Todos Estrellas, al liderar los jonrones con cuatro y ubicarse tercero en impulsadas con 10.
Desde el montículo, José Yunior Padrón fue indescifrable para los sudafricanos en las cuatro entradas que duró el desafío, trayecto donde no aceptó imparables y dejó a siete rivales con la carabina al hombro.
Más allá de la posición alcanzada, resalta la actitud de estos pequeños peloteros, quienes batallaron ante potencias del béisbol menor como Japón, equipo que cayó en la gran final contra Estados Unidos; los anfitriones de China Taipéi, subcampeones universales de la pasada edición, y México, una nación con un sólido desarrollo en todas sus estructuras deportivas.
La experiencia vivida en esta cita internacional resultará invaluable para estos niños que representan la semilla del futuro beisbolero cubano.
Su crecimiento competitivo, la exposición a altos niveles de juego y la defensa de los colores patrios deben ser motivos de orgullo y también una alerta a nuestras autoridades deportivas sobre la urgencia de acompañar y fortalecer los procesos formativos en estas edades.
Participar en torneos de esta magnitud no solo les permite foguearse al máximo nivel, sino que constituye un paso esencial en la construcción de los campeones de mañana. Cuidar estos talentos desde la base es garantía de continuidad para nuestro béisbol. (Texto y foto: ACN)