EE.UU, 14 sep.- Le llaman cuasiluna, miniluna, cuasisatélite, y se trata de una roca de unos 23 metros de tamaño, que orbita alrededor del Sol, muy próxima a la Tierra.
Con esta, ya suman ocho las minilunas que acompañan a nuestro planeta.
Se trata de rocas pequeñas, sus tamaños oscilan entre unos pocos metros y un kilómetro, por lo que son mucho menores que nuestra gran y familiar Luna que, con sus casi 3.500 kilómetros de diámetro, es el satélite más grande, en proporción con su planeta, del sistema solar.
Estas minilunas han pasado inadvertidas hasta hace poco, cuando se pusieron en funcionamiento telescopios capaces de rastrear rápidamente y en detalle grandes regiones del cielo, permitiendo así ver estas rocas pequeñas y oscuras.
Es el caso de los dos Telescopios de Rastreo Panorámico y de Respuesta Rápida (Pan-STARRS 1 y 2) ubicados en la isla de Maui (Hawái, EE.UU.,) con los que se acaba de descubrir, el pasado 29 de agosto, la miniluna que lleva por denominación provisional 2025 PN7.
Dichas minilunas no son satélites de la Tierra, pues orbitan alrededor del Sol (y no de la Tierra), pero sus órbitas son muy próximas a las de nuestro planeta y se dice que están en resonancia co-orbital 1:1 con la Tierra.
Tras ejecutar muchas órbitas alrededor del Sol, permaneciendo siempre cerca de la Tierra, una de estas minilunas ha descrito una serie de bucles muy cerca de nuestro planeta.
Se comporta como un satélite de la Tierra, aunque estrictamente no lo sea, por eso el término correcto para referirse a estos cuerpos es el de cuasisatélite o cuasiluna.
A diferencia de los satélites verdaderos, las cuasilunas tienen órbitas que no solo están determinadas por el campo gravitatorio terrestre y, por tanto, son inestables. Con el tiempo, escapan de la vecindad del planeta, aunque es posible que vuelvan a regresar.
En el caso de la que se acaba de descubrir cerca de la Tierra, 2025 PN7, se ha calculado que lleva al menos 60 años acompañando a la Tierra en su traslación alrededor del Sol, y se estima que seguirá así al menos durante otros 60 años más. Aunque se aleje, es posible que vuelva a acercarse a nuestro planeta de manera periódica.
Muy probablemente 2025 PN7 es un asteroide que se ha escapado desde el cinturón que existe entre Marte y Júpiter para quedar atrapado en esta órbita tan cercana a la Tierra. Su distancia a nuestro planeta oscila entre 0,03 y 0,4 unidades astronómicas (recordemos que una unidad astronómica es la distancia media Tierra-Sol: 150 millones de kilómetros).
La 2025 PN7 viene a sumarse a las otras 7 cuasilunas terrestres conocidas con anterioridad. De estas 7, tan solo dos han recibido nombres oficiales, aparte de las designaciones numéricas.
En contraste con su bajo peligro potencial, estos objetos ofrecen unas oportunidades magníficas para la investigación, pues permiten el estudio de asteroides a cortas distancias durante largos periodos de tiempo. (Texto y Foto: Cubasí)