Por Lianet Leandro López.
Aunque la figura de Nicolás Guillén está sujeta en el imaginario del cubano como el insigne Poeta Nacional de su tierra, pocos conocen que ese camagüeyano se sentía periodista en primer lugar, gracias a la fascinación ejercida sobre él por las circunstancias de su realidad.
Como presagio del destino, su nombre fue letra impresa desde su nacimiento, el 10 de julio de 1902, pues fue anunciado en el diario Las Dos Repúblicas, que circulaba en la ciudad de Camagüey en los albores del siglo XX y era dirigido por su padre, don Nicolás Guillén Urra.
Durante su juventud, la inquietud por el oficio de escribir la cotidianidad devino una constante para él, desde la revista literaria, artística y social Lis, la sección “Pisto Manchego”, en el diario El Camagüeyano; y la página cultural de Las Dos Repúblicas, además de trabajar en una imprenta para sostener a la familia.
Como primogénito, el joven Guillén debió asumir esa tarea ante la muerte inesperada de su progenitor, asesinado en marzo de 1917, al formar parte del alzamiento liberal contra la reelección del entonces presidente Mario García Menocal, según refiere Ángel Augier en su libro Nicolás Guillén. Estudio biográfico-crítico.
El dolor por la temprana pérdida determinó en él cierta fobia apolítica que se vislumbra en sus publicaciones en otros periódicos y revistas de renombre, entre ellos Diario de la Marina, Información, Orbe, Grafos y el humorístico El Loco, como asevera el propio Augier en el citado volumen.
Pero su relación con los escritores españoles Rafael Alberti y María Teresa León, y su estancia en tierra ibérica durante la Guerra Civil Española, determinaron que su vocación ideológica se perfilara hacia el marxismo, y se afilió al Partido Comunista de Cuba en 1937.
Desde entonces, la militancia no se apartó de su quehacer, tanto artístico como periodístico, esta última vertiente con una especial representación en el primeramente órgano del citado partido y después del Socialista Popular, el diario Noticias de Hoy, al cual estuvo vinculado desde su fundación.
Motivado siempre por la justicia, la igualdad social, la defensa de la soberanía y la identidad cubanas, el triunfo de la Revolución significó para Guillén el escenario para la realización de esos sueños, truncos durante más de 50 años de dominación neocolonial y gobiernos títeres imperialistas.
El entusiasmo de la gran mayoría del pueblo caribeño supo reflejarla en la sección fija Crónica del rotativo comunista, que mantiene la línea de orientación al movimiento obrero, la amplia divulgación de noticias relacionadas con las actividades sindicales y el apoyo a las medidas, leyes y políticas revolucionarias.
En su espacio semanal, el periodista Guillén narra acerca del cambio en las diferentes estructuras sociales, la solidaridad y la amistad entre Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; las transformaciones de la prensa hacia una más radical y comprometida, y sobre las figuras heroicas de la Patria.
Pero, sobre todo, resalta la trascendencia del proceso revolucionario cubano como guía para la integración latinoamericana y el enfrentamiento a la opresión y el saqueo del Gobierno de los Estados Unidos sobre el continente, unas de las constantes preocupaciones temáticas de su obra.
Por la impronta de su quehacer como periodista, por estos días en que se celebra el aniversario de su nacimiento, cada año los medios camagüeyanos entregan el premio “Pisto Manchego”, recordando la sección que escribió en El Camagüeyano en las primeras décadas del pasado siglo, a los colegas de labor destacada. (Foto: Archivo)
