Por Eduardo de Jesús Figueredo Ballester/Radio Cadena Agramonte.
Quizás no se tenga idea de quien fue la persona que encendió la primera breva de tabaco; pero estoy seguro que quienes recuerdan al vecino, amigo o familiar fallecido a causa de cáncer por el dañino hábito de fumar.
No crea usted que quien escribe estas líneas escapó del maléfico vicio, el cual lo mantuvo dependiente por más de 20 años; pero un día dijo basta, y desde hace más de cuatro años dejó para siempre la costumbre de encender un cigarro después de tomar café o ingerir un refresco.
Luego de ese tiempo sin inhalar y exhalar humo, portador de nicotina y otros componentes tóxicos que integran la nómina mortuoria, comprendí el amor de mi esposa y el afecto de amistades, quienes toleraron el desagradable olor que expedía mi aliento.
En la actualidad, mi sentido del olfato vuelve a reconocer olores ya olvidados, debido a la nefasta acción del mal hábito de fumar, inclusive, el olor del tabaco o cigarrillo; sin embargo, las secuelas quedan, por días siento malestar en la nariz, como si estuviera obstruida; también un sonido como el de un acordeón desafinado; además de la falta de aire cuando corro para subir a un ómnibus.
Le recomiendo a tener en cuenta, igualmente, que el consumo de tabaco es el responsable de la muerte de más de cinco millones de personas al año; sin embargo, entre los cinco principales factores de riesgo de mortalidad, es la causa más prevenible.
Permítame decirle también que el 11 % por ciento de las muertes por cardiopatía isquémica, la principal causa mundial del fallecimiento, son atribuibles tabaquismo. Más del 70 % de las muertes por cáncer de pulmón, bronquios y tráquea son atribuibles a ese mal hábito.
De mantenerse las tendencias actuales, el consumo de tabaco matará a más de ocho millones de personas en el año 2030. La mitad de los más de mil millones de fumadores morirá prematuramente de una enfermedad relacionada con el tabaquismo.
Es devastador para la economía el hábito de fumar; además de los elevados gastos de Salud Pública relacionados con el tratamiento de enfermedades causadas por la dañina práctica, la cual mata a las personas en la cúspide de su vida productiva, privando a las familias de su sustento y a las naciones de una fuerza de trabajo sana.
Por todo lo anterior y muchas cosas desagradables más, le recomiendo a usted, empedernido fumador, o también a usted que se encuentra en la fase romántica del mal hábito de fumar, que abandone de inmediato tal práctica por su propio bien y de quienes le rodean; piense en todo lo que ama y le gustaría vivirlo con pleno disfrute. (Foto: Internet.)