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Madrid, Felipe VI, España

Felipe VI aboga por una monarquía renovada para un tiempo nuevo


Madrid, 19 jun.- El rey Felipe VI convocó hoy a mirar hacia una España del siglo XXI, renovada y unida, con respeto de la pluralidad de sus pueblos y una monarquía íntegra y transparente.

En su primer discurso ante las Cortes Generales, durante su proclamación, el monarca recalcó que su intención es velar por el prestigio de la institución y una conducta honesta.

Solo así la monarquía parlamentaria tendrá autoridad moral para el ejercicio de sus funciones, expresó Felipe VI, en alusión -aunque sin nombrarlo-, al deterioro de la Casa Real española, salpicada de escándalos y acusaciones de corrupción.

Una monarquía renovada para un tiempo nuevo, fue la idea que expresó dos veces el Rey, quien también llamó al respeto de las culturas autónomas y las lenguas en un discurso que concluyó con frases en euskera, catalán y gallego.

Al aludir a la crisis económica del país, afirmó que la batalla por el empleo, en particular entre los jóvenes, debe constituir la primera preocupación de los españoles, junto al respeto al medio ambiente y la eliminación de las discriminaciones.

En el contexto internacional, el Rey resaltó el apego de España a la construcción de una Europa fuerte, unida y solidaria, que consolide el liderazgo de los valores que defiende.

En segundo plano, mencionó los lazos históricos con América Latina, a los cuales, dijo, se unen intereses económicos creciente y visiones cada vez más cercanas en lo global, junto a una lengua y cultura compartidas.

El monarca español expresó asimismo la fidelidad a la Constitución, base -dijo- de la convivencia democrática y de los valores de libertad, responsabilidad y tolerancia.

La monarquía parlamentaria, apuntó en su discurso de 25 minutos, debe estar abierta y comprometida con la sociedad y ser fiel y leal intérprete de las aspiraciones y esperanzas de los ciudadanos.

La población, recordó, demanda que los principios morales y éticos inspiren y presidan la vida pública y el Rey debe ser referente y servidor de esta justa exigencia.

En su criterio, el rigor de la crisis hirió la dignidad de las personas y constituye un deber moral del Estado revertir y proteger a las familias más vulnerable y enviar un mensaje de esperanza a los más jóvenes.

Felipe II fue proclamado luego de un rápido proceso iniciado el 2 de junio con la abdicación de Juan Carlos I, que abrió también una polémica con una creciente demanda de varios sectores de realizar un referendo para escoger entre monarquía y república.

Las autoridades de Madrid prohibieron la realización de varias manifestaciones convocadas hoy para demandar la consulta popular y anunciaron que no permitirían la exhibición de símbolos republicanos durante la ceremonia de proclamación. (Texto y foto: PL)


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