Camagüey, Cuba, Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, Fidel Castro Ruz, 26 de julio

El Moncada de estos tiempos.


Por Jorge Enrique Fuentes Ruiz.

El Apóstol no podía morir aquel 26 de julio de 1953. Los agradecidos nos  estremecemos por estos días frente a esta transcendental efeméride, pues la sagrada Madre Historia nos convida a repensar el heroísmo y la entrega total de aquel valeroso puñado de nuevos mambises liderado por el joven Fidel Castro Ruz, quienes identificados como la Generación del Centenario, asaltaron los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en Santiago de Cuba y Bayamo respectivamente.

Los aguerridos pinos nuevos que ese 26 de julio tomaron las armas y asaltaron las referidas instituciones militares, en plena fiesta carnavalezca, ya habitual en Santiago de Cuba y Bayamo por aquellos años de servil pseudorepública, tenían la convicción de derrocar la cruel y genocida tiranía de Fulgencio Batista, que desangraba al pueblo cubano.

En el aniversario 67 de las acciones combativas por esa gesta heróica, las nuevas generaciones de cubanos rendimos homenaje perpetuo de recordación a esos héroes de la Patria, esos que entraron al panteón de los hijos dignos de la Mayor de las Antillas, y se fundieron para siempre en el corazón de los cubanos.

A ellos, la gratitud eterna porque tenemos una Cuba que, desde el primero de enero de 1959, abogó por el bienestar y la igualdad, sobre todo, de los niños y jóvenes, quienes desde entonces son los dueños de su porvenir y felicidad. Gloria  perenne para aquellos que aquel memorable día vistieron a la Patria de decoro y valentía. Hoy las nuevas generaciones ratificamos la voluntad de continuar con el combate, como aquellos mambises de 1953, en el Moncada de estos tiempos.


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