Construida en más de cinco siglos, con el aporte indígena, español, africano, asiático o europeo, la cultura cubana es suma y síntesis de legados multiétnicos que hacen de ella una muy especial composición.
El Poeta Nacional, Nicolás Guillén, así lo consagró cuando expresó en sus versos “todo mezclado”, y aquí, en su patria chica del Camagüey, peculiaridades que se remontan a tiempos ancestrales particularizan la idiosincrasia local, en lo que académicos e investigadores denominan como “camagüeyanidad”.
Blasona ese híbrido singular un rico patrimonio tangible e intangible evidente en la zona más antigua de la otrora villa principeña, cuyo entramado arquitectónico engarza de forma homogénea con la contemporaneidad, fusionando la ciudad pasado, presente y futuro, objetivo en que el comportamiento ciudadano resulta esencial. Durante más de medio milenio, los hijos de esta tierra dejaron, desde su sensibilidad, huellas de sus circunstancias en la literatura, el teatro, la tradición oral, las artes pláticas, la danza, la música, la arquitectura y la artesanía, entre otras manifestaciones.
Enriquecidas de manera especial en las últimas seis décadas, agrupaciones e individualidades agramontinas tributan al caudal de esa cultura, que no sólo define a este pueblo como cubanos, sino que imprime ese sello único que enorgullece y distingue como parte indisoluble de la Isla. (Rosa María Moros Fernández/Radio Cadena Agramonte) (Fotos: Humberto Cid González)
