Por Yadira Nuñez Figueredo/ Radio Cadena Agramonte.
Lograr una educación cada vez más inclusiva, equitativa y de calidad constituye uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos en la Agenda 2030, en los que Cuba es un modelo a seguir, con sobrados ejemplos de cuánto puede hacer un país, con severas limitaciones económicas y materiales, pero con una inmensa voluntad política para garantizar este derecho humano.
Muestra de ello lo constituye la educación especial, la cual no escapa a los efectos del bloqueo norteamericano; sin embargo, todo cuánto hace y logra multiplica la admiración y el respeto no solo en la Isla, sino en varias naciones del mundo.
En Camagüey, la Escuela Especial de Deficiencias Sensoriales Antonio Suárez Domínguez constituye una de las tantas instituciones de este tipo de enseñanza, severamente afectadas por el impacto del cerco imperial. Así lo asegura Teresa López León, directora de ese centro escolar:
“Nosotros necesitamos muchos equipos sofisticados para llevar a cabo el aprendizaje de los niños. En el caso de los alumnos sordos e hipoacúsicos utilizan prótesis auditivas con un elevado costo, mientras que los ciegos y de baja visión necesitan máquinas braille y las que tenemos en estos momentos ya acumulan muchos años de explotación.
También, se nos dificultan mucho las hojas brailon que se utilizan específicamente en la asignatura de Matemática, así como los bastones, las regletas y punzones. Ante estas limitaciones los educadores tenemos que buscar alternativas para que los educandos reciban los contenidos con calidad”.
A pesar de carencias y roturas, el proceso docente educativo no se detiene, porque cuenta en ese plantel con la entrega incondicional de profesionales como Grisel Franco Rodríguez, quien durante más de cuatro décadas ha contribuido a la formación general integral de niños sordos e hipoacúsicos:
“Soy profesora reincoporada desde hace 13 cursos escolares. Trabajo todas las asignaturas de la enseñanza general con los niños sordos e hipoacúsicos. En el proceso de enseñanza dedicamos especial atención a la audición, la lectura labio-facial, la administración del aire y el tratamiento de la voz, de manera que ellos logren superar poco a poco el déficit, y al concluir el 6to. grado sepan leer y expresarse, muchos acompañados del lenguaje de señas”.
Un complemento esencial lo constituye la estimulación auditiva, labor a la que se dedica Elaine Rondón Rondón, una docente apasionada y satisfecha con cada nuevo avance de sus alumnos:
“A los niños se les estimula la audición para que aprendan a aprovechar los restos auditivos que le quedan y de esta manera ellos incorporan lenguaje, los que tengan menos déficit auditivo y los otros les ayuda para todos los aspectos de la vida cotidiana. Para nosotros constituye una gran satisfacción verlos incorporarse a la sociedad con conocimientos amplios de la vida”.
Libia Menéndez Navarro, profesora de estimulación visual y orientación y movilidad, acumula ya 30 años de experiencia en esa escuela especial, donde trabaja con niños de 18 meses de edad hasta el 6to. grado:
“Desde que me gradué comencé a trabajar en esta escuela y me enamoré de la profesión. Yo me licencié de tiflopedagogía o sea que me dedico a estimular la visión de los niños con baja visión y ciegos. De igual manera, estimulo la orientación y movilidad para enseñarlos a desenvolverse en el espacio. Realmente no tengo palabras para describir la satisfacción que siento cuando veo que logran andar independientes, comunicarse con los videntes que le rodean y transitan a enseñanzas superiores para, luego, insertarse a la vida laboral.
Como parte de la labor que realizamos, tenemos un convenio entre el Ministerio de Educación (MINED) y el Ministerio de salud Pública (MINSAP) para que ellos asistan a una consulta de baja visión donde se les brindan ayudas visuales y ópticas para la corrección y compensación de la deficiencia que presentan”.
Gracias al empeño común de los 58 docentes y los diferentes trabajadores de apoyo con que cuenta el centro, Brian Martínez Olazábal es de los niños que, al concluir este curso escolar, transitarán a la enseñanza general con una base sólida y un enorme agradecimiento por la educación recibida en esa institución:
“Yo me siento muy bien en esta escuela, lo que es una lástima que ya me tenga que ir para la Secundaria Básica. A mí me agrada estar aquí con todos mis maestros, estudiando, jugando, aprendiendo más para ser alguien en la vida. Aquí he aprendido a hablar en el lenguaje de señas y la escritura braille, además de todo lo que necesito para salir adelante en la vida”.
Hija de la Revolución y del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz es la educación especial que, surgida el 4 de enero de 1962, ha mantenido su esencia humanista, inclusiva y esa enorme sensibilidad que distingue a quienes entregan amor y paciencia a niños con necesidades educativas especiales. (Fotos: de la autora)