Por Diosmel Galano Oliver/Radio Camagüey
Los servicios actuales de salud permiten la realización de intervenciones y procederes con los que era imposible soñar hace algunos años.
Cada vez son más precisos los equipamientos médicos y también más costosos y difíciles de adquirir por las naciones menos desarrolladas del mundo.
En el caso de Cuba el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos a la isla impide acceder a las nuevas tecnologías o a las piezas necesarias para el funcionamiento los dispositivos existentes en los diferentes servicios sanitarios.
Por tal razón la labor de los Departamentos de Electromedicina es fundamental, pues mediante ingenio y mucho empeño logran estabilizar funcionales los equipamientos.
En esa área del Hospital Provincial Manuel Ascunce Domenech de Camagüey, el ingeniero Carlos San Cabrera trabaja de manera diaria para garantizar el funcionamiento de los riñones artificiales.
“Estos equipos requieren un mantenimiento preciso que los fabricantes recomiendan de una a dos veces en el año obligatoriamente, pero dada las dificultades generadas por la crisis y las medidas contra Cuba es casi imposible cumplir con ello y se adoptan alternativas como reparar partes y piezas en vez de cambiarlas.
Los principales problemas y roturas que tenemos son con los motores y las cabezas de bomba que se recuperan en el centro. Son segmentos exclusivos y muy caros que no admiten remplazos como en otros casos, lo que se hace es de equipos desgastados aprovechar las partes que sean útiles o tomar de diferentes medios para paliar la situación en lo que llega hasta el hospital la pieza requerida”.
Con 26 años de experiencia, 15 en el área de Hemodiálisis, el agramontino San Cabrera contribuye a la vitalidad de los servicios médicos en el coloso de la salud de la región.
“Se trata de prever las roturas antes de que ocurran; buscar un carbón con tiempo para que no se afecte el paciente y garantizar el servicio. En la actualidad tenemos veinte posiciones, todas trabajando, y dos repuestos”.
En el Departamento también es fundamental el quehacer de Osvaldo Heredia Pérez, quien mediante la electrónica tiene la responsabilidad de disminuir las afectaciones que genera el bloqueo norteamericano.
“Tenemos problemas con las piezas de reemplazo que no son suficientes para los equipos, sobre todo los que son adquiridos en otras naciones, como es el caso de los que emplea la especialidad de Anestesiología. Hay que hacer inventivas, buscar alternativas; por ejemplo, adaptamos algunos implementos con buenos resultados”.
Los estándares de calidad de los servicios médicos cubanos no disminuyen a pesar de desarrollarse bajo la incidencia directa de la política extraterritorial estadounidense, un logro al que tributan de manera significativa especialistas como Carlos y Osvaldo, quienes desde el Departamento de Electromedicina del hospital camagüeyano Manuel Ascunce Domenech trabajan cada día por el óptimo funcionamiento de la técnica allí instalada. (Fotos: del autor)
Durante 15 años el agramontino Carlos San Cabrera ha contribuido a la vitalidad del Servicio de Hemodiálisis, una de las áreas más sensibles en la institución médica.
Osvaldo, al fondo, apoya la formación de los estudiantes de la especialidad de Electrónica que llegan a cumplir con el período de prácticas laborales.
El Hospital Provincial de Camagüey mantiene calidad en los servicios asistenciales a pesar de las limitaciones generadas por el bloqueo norteamericano.