Por Ana Laura Camacho La Rosa/Radio Cadena Agramonte.
Las mujeres llevaban vestidos blancos y rojos, con cintas en la cabeza y el pelo suelto, el teatro estaba abarrotado, se iba a realizar una obra con fines benéficos. Los voluntarios españoles estaban en estado de alerta, en la capital cubana aumentaban los rebeldes. Perro huevón, hasta que le quemen el hocico, fue la obra de teatro que protagonizó los sucesos del Teatro Villanueva el 22 de enero de 1869, en La Habana.
El teatro se engalanó con banderas cubanas y norteamericanas, el acto se convertía en un desafío al poder colonial. A mediados del acto un personaje exclama: “No tiene vergüenza ni buena ni mala ni regular, el que no diga conmigo ¡Viva la tierra que produce la caña!”. Los voluntarios aprovecharon para disparar al edificio y destrozar los vestidos, cintas y flores de las mujeres, el hecho pasó a la historia con un acto bélico. Los diálogos de esta puesta en escena avivaron las llamas de la independencia.
Esta fecha marcó un antes y un después en el teatro cubano. Desde entonces han subido al escenario el humor cubano, las costumbres, la mezcla de razas y la cultura criolla.
Cada 22 de enero se celebra el Día del Teatro Cubano. Como parte de la celebración se realiza la Jornada Ciudad Teatral, la cual se extenderá por seis meses (enero-junio de 2023) en Camagüey, con la participación de elencos del occidente, centro y oriente del país.
Tendrá 19 puestas en escenas, cuatro de teatro para niños y 15 para adultos, de ocho provincias: Pinar del Rio, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Las Tunas, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.
La Jornada, cuyo primer capítulo transcurre del 20 al 25 de enero en la Ciudad de los Tinajones, se dedica a la vida y obra de la Premio Nacional de Teatro Verónica Lynn, prestigiosa actriz y maestra de generaciones, y al aniversario 60 de la creación de los grupos de teatro Guiñol en Cuba.
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Sobre las tablas la vida cotidiana se vuelve dramaturgia en manos de los artistas y el director. Sobre las tablas, el teatro vuelve la vida una interpretación. Más de un siglo después se sigue ovacionando ¡Viva la tierra que produce la caña! (Foto: Archivo)
