Desde un balcón camagüeyano se ve la cúspide de una iglesia, es un balcón del que también puedes mirar al patio interior con su tinajón, con su pedazo de historia; ves un poco del cielo y de historia, de los credos y nombres, del ayer y del hoy.
Mucho se puede ver desde un balcón camagüeyano con bajar o levantar la mirada, incluso si te das la vuelta y miras hacia dentro, ¡hay tanta historia en las casas, en los pisos, en las rejas, en las puertas y ventanas! Y hasta con el alma se ve si es un balcón especial: el balcón de El Mayor de los hijos de esta tierra.
Si miras adentro lo verás allí, o a la familia entera... en la casa donde nació el Ignacio de muchos cubanos, el Agramonte de la plaza, el parque o la Universidad, el diamante con alma de beso al que hoy le debemos uno de nuestros nombres: agramontinos, el que vivió para Camagüey y Cuba. (Dania Díaz Socarrás/ Radio Cadena Agramonte) (Foto: Humberto Cid González/ Radio Cadena Agramonte)