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Camagüey, leyenda, callejuelas, tránsito

Consejos para manejar en el Camagüey Legendario


Si los lugareños trazaron las calles para hacer que los piratas se perdieran o si solo seguían los senderos del ganado porcino…no lo sé, tal vez solo eran incapaces de hacer trazados rectos, o poseían un concepto no-euclidiano de la geometría. El caso es que eso es lo que hay y tenemos que movernos cada día en este dédalo con los medios modernos que tenemos a nuestra disposición, a saber: bicicletas, coches de caballos, bicitaxis, motores, motorinas, riquimbilis y los recientes triciclos eléctricos comiquitos (RALY) que ya llenan la ciudad. En aras de ayudar a los visitantes he decidido revelar algunos secretos (que tenemos muy bien guardados para no compartirlos con otras villas) de cómo está organizado el tránsito en nuestra ciudad.

Las bocacalles de acceso (en dirección del tránsito) a la calle República en Camagüey (Francisquito, San José San Martín, San Esteban e Ignacio Agramonte) solían tener carteles como este, advirtiendo que la calle República se había vuelto un bulevar, solo para peatones. La advertencia era necesaria porque antes era una calle transitada. Un periodista de otra ciudad vio ese cartel un día y pensó que era que en Camagüey rendíamos culto a la «peatonalidad».

Pues como les decía, Camagüey es una especie de “República Peatonal”, aquí, el que más y el que menos, alguna vez en su vida, ha sido peatón (sí, incluso los empresarios y jefes de mipymes, aunque Usted no lo crea), por tanto, en esta ciudad rigen regulaciones especiales del tránsito para facilitar el ídem por una ciudad con un trazado laberíntico, del cual estamos muy orgullosos los camagüeyanos. Oficialmente, tenemos algunas arterias importantes por las que está prohibida la circulación de vehículos: la susodicha calle República, la calle Maceo, la calle Van Horne (donde se acaba de inaugurar nuestro flamante Museo Ferroviario, orgullo de la ciudad) y otras como la calle Lugareño, frente a los bomberos.

Callejón Funda del Catre, en Camagüey, la calle más estrecha de Cuba. Bailarina del Ballet de Camagüey, Laura Rodríguez, Foto del Gran Gabriel Dávalos.

Tenga en cuenta, que hay muchas calles del centro de la ciudad en las que se “tolera” la circulación de vehículos; pero en las que, básicamente, predomina el tránsito peatonal por la calle, porque nuestras aceras son muy angostas y prácticamente no se puede circular por ellas ni a pie. En la remodelación por el 500 aniversario de la villa, en una efervescencia de modernidad e inclusividad, a algunas de las aceras se les hizo rampitas para poder subir sillas de ruedas…Usted cuídese de no “destarrarse” con estas rampitas en las aceras estrechas, por las cuales no cabe una silla de ruedas, pero sí sirven para “sacar boniatos” y ayudar a la economía y a la alimentación del pueblo…es lo que los rusos llamarían “combinar lo útil con lo agradable”.

Ándese con cuidado, en nuestra ciudad hasta los postes se bajan de las aceras y «caminan» por las angostas calles sin temor a que un ómnibus lo arrolle (Calle San Ramón).

Entrando ya en lo que es la circulación de vehículos, que es el pollo de este arroz con pollo, debo comentarles que, por disposición especial del gobierno, el sentido del tránsito en nuestras calles, es reversible para bicicletas, carretones, coches, bicitaxis, motores, motorinas, riquimbilis y triciclos eléctricos, no así para los autos (aunque a algunos autos se les confiere permiso especial). La señalización del sentido de movimiento del tránsito en las calles es solamente un ardid para confundir al enemigo si un día osara atacarnos (que ya sabemos que solo recogería el polvo de nuestras cenizas anegado en sangre).

Un tramo de la calle Martí que está cerrado al tránsito.

Dentro de la ciudad, los autos solamente están autorizados a usar la primera y en casos excepcionales, la segunda velocidad de su caja de cambios. Si alguien osa violar esta regulación, ni siquiera se le pone papeleo de multas. No, los agentes, camuflados en forma de baches, de inmediato le aplican la sanción correspondiente.

En nuestra ciudad somos ecologistas y nos guiamos por la Naturaleza para organizar el parqueo: este se efectúa del lado de la sombra. Esto puede confundir a un visitante a punto del mediodía por no saber de qué lado estará la sombra. No se preocupe, en ese caso, se permite parquear del lado donde está la casa a la que Usted va. Amable lector-visitante, solo para explicarle un poco el por qué: ¿se da cuenta con estos calores cuanta gasolina se evapora si se parquea al sol? y ¿cuánto se deteriora la pintura del auto y su tapicería?, todo eso es de importación y aquí ahorramos hasta el último centavo en aras de la economía del país.

Esta es la calle San Martín, casi llegando a República (la peatonal, ahora con la simbología moderna).

Otro detalle importante es tener en cuenta el modo en que los conductores (de bicitaxis, bicicletas, carretones, coches de caballos, motores, motorinas y riquimbilis) señalizan sus maniobras. En Camagüey somos parcos y pragmáticos, se usa un solo movimiento para indicar cualquier cosa: extender el brazo izquierdo. Esto significa: 1) que va a doblar a la izquierda, 2) que va a doblar a la derecha, 3) que se va a detener, 4) que va a seguir recto, 5) que le está señalando algo que está a la izquierda a su acompañante (estilo guía turístico, por ejemplo: aquí nació Ignacio Agramonte), 6) que tiene un golondrino y le molesta, o…7) saca la mano para ver si está lloviendo. Usted debe interpretarlo correctamente según el contexto, pero en cualquier caso debe prepararse para una maniobra inesperada porque Usted no conoce la ciudad…ni sus baches.

Un coche tirado por caballo hace «piquera» justo al cruzar la línea. Algunos aberrados creen que está obstruyendo el paso; pero mis amables lectores pueden ver que es mentira, fíjense cómo circulan los vehículos. Ellos se para ahí para que los que se bajan del tren la tengan fácil para montarse en un coche.

Sobre los coches de caballo y carretones, una consideración general: en Camagüey, cochero que se respete se sienta al pescante del lado derecho. Los estudiosos de Járvar explican esto como una reminiscencia de la toma de La Habana por los ingleses (sí, es cierto que los ingleses no tomaron Camagüey; pero se cree que algún habitante de La Habana de aquellos tiempos se asentó por estos lares).

Cochero, sentado «inglesmente» a la derecha del pescante.

Para entender qué maniobra hará un coche que marcha delante o detrás de Ud., en su misma dirección y sentido, solamente tiene que fijarse en unos cuantos detalles simples: 1) los baches de la calle, 2) de qué lado está la sombra, 3) si algún pasajero que va en el coche muestra lenguaje corporal de quererse bajar (el coche se detendrá todo lo más rápido que el caballo pueda absorber la energía cinética del movimiento que llevaba y transformarla en caca), 4) si algún transeúnte muestra lenguaje corporal de querer abordar el coche (lo mismo del frenado y la caca del punto anterior), 5) si la calle está en bajada o si la calle está en subida (estos dos últimos, en nuestra llana ciudad son elementos muy sutiles; pero los caballos, los ciclistas y los bicitaxeros los dominan muy bien), 6) si delante hay autos obstruyéndole el paso (los coches de caballos en Camagüey ha sido construidos con una tecnología de punta que imita a la Naturaleza, me refiero específicamente a las cucarachas, que como todos sabemos caben por cualquier huequito, ¡sufre Elon Musk!), 7) si el caballo muestra lenguaje corporal de estar fatigado o si se ve animoso…a partir de todo esto elaboras tu algoritmo de conducción. Por si acaso tenga en cuenta la teoría (no demostrada) que elaboró una persona cercana a mí: en el coche, el que va pensando en el tránsito es el que va delante…en la mayoría de los casos.

Ahhh, los ciclistas…

Sobre los ciclistas, qué decirles, aquí somos especiales en lo del bicicleteo, modestia aparte. Ciclista macho que se respete se ve obligado a pasar a cualquier otro ciclista menos macho que vaya delante, o a cualquier jevita que vaya delante (en bicicleta o incluso en motorina). Y ni hablar de coches de caballos y carretones que no ofrecen mucha resistencia a un ciclista (macho o hembra).

El Hotel Isla de Cuba, que hace muuuuchos años fue propiedad de mis bisabuelos maternos Román y Teresa, asturianos asentados aquí, y enterrados en la bóveda de mi familia.

Un detalle importante que les puede dar una clave para saber si un ciclista intenta frenar: ciclista macho que se dé a respetar frena con la chancleta en la goma delantera, en muy pocos casos frena con la chancleta contra el pavimento. Las ciclistas hembras no hacen eso, sino que se lanzan hacia adelante (en bicicletas de hembra, que no tienen caballo) y ponen los dos pies en el piso. En cualquiera de los casos, todos vociferan un insulto al que lo hizo frenar abruptamente porque un ciclista es como el móvil perpetuo, nunca se detienen, poner los pies en el piso es de flojos.

Avenida Finlay, calzada de doble vía en ambos sentidos, con divisiones entre sendas, marcadas en el pavimento.

La señal de PARE es para los débiles de espíritu. Un ciclista no se detiene nunca al entroncar con una calle de mayor prioridad, sigue, y si por alguna aberración viniera algún auto por la principal, el ciclista gira hábilmente y se pega al contén. Usted no circule pegado a los contenes en las bocacalles ¡Cuide a nuestros audaces ciclistas y mantenga la distancia a los contenes! Considérelo como una senda de seguridad que se debe respetar.

La «ciclodiversidad» de nuestra ciudad mágico-fascinante.

Si Usted va en auto y este tiene obstruido el paso por cualquier otro vehículo, tenga en cuenta que los ciclistas (machos y hembras) lo pasarán por la derecha o por la izquierda o por arriba (OK, el tipo de bicicletas voladoras aun no está disponible; pero yo escribo esto en el 2022 con la vista puesta en el futuro ¡Elon, toma nota!) o incluso por debajo (igual, estoy pensando en el futuro).

Calle Independencia por donde sí pueden circular los autos…y también los peatones.

En esta misma situación (de que el paso está obstruido por un obstáculo insuperable para su auto), los que vienen detrás en motores y motorinas tienen derecho a pitarle para que Usted “se aparte”, no sea desconsiderado y cédale el paso, ellos siempre están apurados, invente cómo apartarse. Y hablando de apurados, quiero decirles algo. En nuestra ciudad, la posesión de un motor, una motorina o un triciclo eléctrico es considerado un signo de distinción y buena posición económica (los de los riquimbiles no, esos «se creen cosas». Las personas que conducen estos vehículos son emprendedores y siempre están apurados porque andan en sus negocios y no pueden perder ni un minuto en la vida y por ello están dispuestos hasta a perder la vida en un minuto ¡Cuídelos! Son la garantía de nuestro futuro próspero y sostenible.

Algunas calles en Camagüey son como de un segundo piso, fíjense que el pavimento está por encima de la acera. Tenga cuidado al parquear, que las gomas caen al badén como a un profundo abismo.

En nuestra ciudad no hay muchas arterias con dos sendas en una misma dirección (señalizadas con línea divisoria en el pavimento, quiero decir). Solamente la Avenida Finlay, que corre desde la Terminal de Ferro-ómnibus hasta convertirse (estrecharse) en la Carretera de Nuevitas, pasado el aeropuerto internacional, y también hay algunos tramos de la carretera central que corren por dentro de la ciudad con dos sendas en una misma dirección. En estas, los motoristas, y algunos motorinistas y hasta riquimbilistas audaces, se ven precisados a ejecutar una conducción acrobática, digna de los dobles de los filmes de acción. Ellos, los motoristas y motorinistas y hasta los riquimbilistas audaces, están obligados (por nuestras regulaciones internas) a circular por sobre la línea divisoria de las dos sendas, sin salirse para una senda o la otra, solamente están autorizados a hacerlo para “esquivar” a vehículos que vayan delante en la misma dirección y poderlos pasar, en cuyo caso usarán una senda o la otra según lo dicte la situación ¡Téngalo presente para que no obstruya irresponsablemente estas maniobras, que ya le digo que son de alto riesgo!

En Camagüey hasta las locomotoras parquean donde les da la gana.

En las calles normales (las que no son las grandes calzadas) existen tantas sendas como vehículos de dos ruedas quepan; pero como no están señalizadas en el piso, los conductores se sienten más libres que en las avenidas señalizadas. Al circular por nuestras calles, Usted debe tener en cuenta algo muy importante y característico del tránsito de nuestra ciudad. Si delante suyo, por una calle lo suficientemente ancha para que quepan dos autos ligeros o un camión y un auto ligero, o por una vía con dos sendas separadas por rayas en el piso, circulan uno o varios de los vehículos típicos de nuestra modernizada ciudad (ya les he explicado cuales son: carretones, coches, motores, motorinas, riquimbilis, bicitaxis, bicicletas, triciclos…¡aprendan que yo no soy eterno!) y estos se tropiezan con un obstáculo infranqueable en su senda (por ejemplo un camión estacionado), estos (los susodichos vehículos modernos de nuestra ciudad), se ven obligados por nuestras regulaciones a cambiar abruptamente de senda. En estos casos, dado lo imprevisto de la maniobra, se admite, o no, hacer la seña de extender el brazo izquierdo (aunque vaya a adelantar por la derecha). Lo importante es que Usted olvide esa regla extranjerizante de que, si Usted marcha por una senda, la senda es “suya” y el que va delante debe esperar. No, aquí, el que va delante tiene derecho a usar cualquiera de las dos sendas según convenga, para eso va delante ¿no? El que venga detrás que espere.

Mi bella hija Orlý, montada en su flamante riquimbily para ir al Hospital a cumplir con su deber de médico, en lo más crudo de la pandemia de Covid-19.

Les amplío lo anterior y ejemplifico un poco más para que Usted comprenda la justeza de nuestras regulaciones. Suponga que a pleno punto de un mediodía de verano Usted marcha en su auto por la senda rápida de una calzada de dos vías debidamente señalizada con marcas en el pavimento. En la senda lenta (la de la derecha) hay un camión estacionado y delante suyo; pero detrás del camión, transitan: una mamá con tres niños y paquetes en su bicicleta, un coche con 10 personas sentadas y dos paradas, y un bicitaxero con dos gordos y una lavadora y un televisor. La calzada tiene ligera pendiente de subida y el viento sopla en contraria al movimiento ¿Cree Usted justo que ellos detengan su movimiento y pierdan su valiosa energía cinética para esperar que Usted, que va comodito en el confort de su auto, pase por la senda rápida? NO, en el Camagüey Legendario esas cosas no las toleramos. Con respecto a ellos tres, no se preocupe, los tres adelantarán al camión y se cuidarán entre sí. Usted ¡Cuídelos! Ellos son el alma de nuestra ciudad.

A mi nietecito Orlandito, lo estamos entrenando desde bien pequeño en las técnicas de conducción en el enrevesado Camagüey

En fin, estimados lectores, si va a conducir cualquier vehículo en Camagüey…preste la debida atención (sí, no hable por teléfono móvil) y sea cortés. El Camagüey Legendario y sus habitantes, se lo van a agradecer.

Te quiere y te abraza Camagüey

Ahora estamos enfrascados en una nueva batalla: Por Camagüey Todo

(Texto y foto: Orlando L. Rodríguez González, tomado del blog del autor: Radares mirando al sur, https://meteoradares.wordpress.com)


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