Nuevitas, 19 ago.- “Siempre estuvimos dispuestos a salvarlos a cualquier precio”, expresó el nuevitero Leonardo Suárez Díaz, integrante de la compañía de destino especial que estaba en Luango, cuando a partir del 2 de agosto de 1983 fueron cercadas y atacadas las posiciones defendidas por combatientes internacionalistas cubanos y de las Fuerzas Populares de Liberación de Angola (FAPLA) en el poblado de Cangamba, por fuerzas de la Unión para la Independencia Total de Angola (UNITA).
“A raíz de que el Comandante en Jefe mandó a pedir refuerzos para apoyar a los compañeros que se encontraban rodeados en Cangamba se decidió que nuestra compañía volara hacia la ciudad de Menongue y allí cumplimos diferentes misiones”, especificó.
Con tan solo 25 años de edad Suárez Díaz asumió asignaciones como el traslado en los helicópteros de soldados para el apoyo, y posterior al regreso a Menongue, el coronel Suárez habilitó un AN-26 con cajas de balas y alimentos y también los transportó.
“En el mismo Cangamba los fuegos artilleros alcanzaron el avión y se desfondó el tanque del oxígeno, y de ahí retornamos”.
La compañía fue reubicada en Luena, capital de Moxico, ubicada en el cono sur, donde se encontraba el general Wiliam Galvi, quien reconoció que 'la misión era casi suicida, pero de vida o muerte' y les dio la oportunidad de irse, no obstante, todos dieron su disposición a rescatar a los compañeros que estaban rodeados.
“Volamos a Cangamba en tres helicópteros, llegamos a la retaguardia del enemigo y empezamos la ofensiva.
Pasamos el tercer anillo, que para nosotros era el primero, y emprendimos el hostigamiento, pero nos descubrieron en la loma 4 de Febrero y nos tiraron con morteros, entonces tuvimos que retroceder”.
Al otro día la misión continuó, y el día 8 de agosto el mayor Rafael Ramos Fajardo avisó al general que se ubicaba a 150 metros de romper el último anillo y entrar al destino final, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro envió la indicación de no continuar, y al amanecer del 9 ya estaba en Cangamba.
“Aquello fue desastroso, la compañía especial cogió todas las posiciones que quedaban de frente a la loma 4 de Febrero y todavía se veían los carros de los enemigos llevándose los muertos y heridos de allí. Nosotros caminamos todo aquello y contamos entre FAPLAS y enemigos 469 muertos”.
Con respecto a los internacionalistas de la mayor de las Antillas aún desconocían el saldo de la lucha porque la compañía no había logrado llegar a la pista debido a que no tenían la certeza de que eran de la agrupación de refuerzo.
“Cuando les avisaron que era la compañía destino especial fue que el teniente coronel Fidencio González Peraza, jefe de los cubanos en Cangamba, sale de los refugios y se comunica con Ramos Fajardo y entramos en contacto con ellos”.
Aunque la batalla aconteció del 2 al 10 de agosto, a la compañía especial la dejaron en Cangamba como reserva para esperar a otros batallones que habían salido de los montes y no habían llegado.
“El Comandante en Jefe mandó a recoger, antes de las dos de la tarde del día 12 a todas las tropas nuestras, y así se cumplió, volamos con destino a Luena, y a los integrantes de la 32 Brigada FAPLA les indicó irse para el monte y les aseguró que los rescataría. A las dos de la tarde el enemigo arremetió toda la aviación a Cangamba”.
Leonardo Suárez Díaz se siente orgulloso de haber cumplido 102 misiones en tierras angolanas, con cinco acciones directas contra el enemigo, a la vez que con lágrimas en los ojos manifestó “considero a los combatientes caídos parte de mi familia”. (Texto y foto: Arianna Suárez Torres/ Radio Nuevitas)